Los edificios tienen que contar con un mantenimiento adecuado, que inicialmente corre a cargo de sus constructores, pero que una vez pasa el plazo de reparación de desperfectos estipulado, corre exclusivamente a cargo de los propietarios. Esto implica que cada cierto tiempo será necesario realizar tareas para corregir deficiencias en fachadas, tejados, instalaciones comunes, etc. De ello depende no solo el buen estado y conservación del edificio. También evitar sufrir desperfectos que puedan afectar a su estructura, a quienes viven en él e incluso a quienes pasan por delante. Para asegurarse de que el mantenimiento de los edificios son correctos, las autoridades pusieron en marcha hace unos años la Inspección Técnica de Edificios, (ITE). Pero ¿qué es la ITE?
¿Qué es la ITE y cómo hay que pasarla?
La ITE es un trámite consistente en una inspección obligatoria para todos los edificios que tengan cierta antigüedad. No es una inspección que hay que pasar una única vez, sino que hay que hacerla periódicamente. Una vez cumplido el plazo para realizar la primera, habrá que repetirla una vez cada diez años, con el objetivo de verificar que el edificio inspeccionado cumple con todas las garantías en materia de seguridad.
En general, es obligatorio pasar la primera ITE cuando un edificio cumple 30 años. Una vez superado este plazo, tendrá que pasarla de nuevo diez años más tarde, y así sucesivamente desde entonces. Por tanto, cuando alguien se pregunte qué es la ITE no solo tiene que tener en cuenta el trámite en cuestión. También ha de valorar que se trata de un trámite periódico de carácter obligatorio.
Esta inspección la llevan a cabo profesionales especializados y debidamente cualificados para ello: arquitectos, ingenieros expertos en edificaciones, arquitectos técnicos. Uno de ellos se personará en el edificio a inspeccionar y realizará una inspección visual en distintos puntos del mismo. Eso sí, únicamente lo hará en las zonas comunes.
Para efectuar una Inspección técnica de edificios no hay que acceder a ninguna vivienda particular. Eso sí, en principio. Puede que en algunos casos sea necesario hacerlo, para comprobar más detalladamente el estado de algún elemento. Pero no es lo habitual. Cuando termine la revisión, el inspector realizará un informe sobre el estado del edificio.
Qué es la ITE: qué figura en el informe
¿Qué hay en este informe? Pues concretamente, los datos recabados por el inspector que determinan el estado del edificio. Para empezar, figurará en él una evaluación general del mismo, es decir, una explicación de cómo están sus principales elementos.
Además también figurará en el informe una valoración de las condiciones de accesibilidad del edificio. Es decir, de si está preparado para que puedan acceder a su interior sin dificultades personas con movilidad reducida. Parte de la inspección consiste en comprobar si el edificio cumple o no las condiciones esenciales que permitan en acceso a él a todo tipo de personas. También el uso de sus instalaciones comunes. En caso de que no lo sea, el informe puede incluir si es necesario realizar mejoras para que cumpla las normas de accesibilidad. Otro de los temas que tratara el informe es la certificación energética que tiene el edificio. Quedará reflejada en el informe.
Qué se valora en este tipo de inspección
Hasta ahora hemos visto, básicamente, qué es la ITE. Pero también tendrás curiosidad por saber qué es exactamente lo que se revisa en esta inspección, algo que ya hemos tocado por encima. En detalle, lo que hace el encargado de realizarla es revisar de forma visual la fachada, la azotea, la red general de fontanería o los saneamientos. También se comprueba el grado de aislamiento de sus elementos, uno de los puntos que más influye en la certificación energética del edificio, y se comprueba que sean seguros.
Como hemos mencionado, el inspector, en la mayoría de ocasiones, no tendrá que acceder a las viviendas o estancias particulares del edificio. Pero si observa algún problema de cierto calado en el edificio y tiene que hacer comprobaciones en uno o varios pisos, los propietarios deben dejarle acceder. Es obligatorio que lo hagan si se lo pide. Esto puede suceder, por ejemplo, en caso de que detecte daños estructurales que puedan poner en riesgo la estabilidad del edificio. Los primeros indicios de estos daños puede detectarlos en fachada o cubierta, y puede que necesite corroborar sus teorías al respecto revisando interiores.
¿Cuánto tiempo tarda en terminar la inspección?
A pesar de que se trata de una inspección visual, la revisión de un edificio de cara a la ITE debe realizarse de manera bastante exhaustiva. Por tanto no es un procedimiento que se resuelva en un rato. Además, depende de varios factores. Uno de ellos es el tamaño del edificio. Lógicamente, si se trata de una comunidad de vecinos de dos o tres pisos, estará todo listo en unos pocos días.
En caso de ser una comunidad de vecinos grande, o tratarse de un edificio de oficinas, la inspección tardará varios días en finalizar. Los plazos se alargarán todavía más si el inspector comienza a detectar problemas. Si hay deficiencias en la construcción, el técnico tendrá que ser aún más exhaustivo en su inspección para evaluar hasta qué nivel las deficiencias son graves. En estos casos, la inspección puede dilatarse notablemente en el tiempo, hasta durar más de una semana en algunos casos.
ITE favorable o desfavorable
Cuando finalice la inspección de un edificio, el técnico puede concluir que la ITE del mismo es favorable o desfavorable. En el primer caso, el edificio se considerará en buen estado. También quedará probado que cumple los estándares de accesibilidad y seguridad establecidos. Y que es seguro tanto para quienes viven y trabajan en él como para los que pasen por delante o se encuentren cerca. No presentará, por tanto, deficiencias a subsanar.
Pero en caso de que en el edificio se hayan detectado problemas considerados como graves o muy graves, la ITE recibirá la calificación de no favorable. Será necesario que sus propietarios hagan reformas de bastante calado. El técnico encargado de la inspección aportará detalles de las renovaciones a realizar junto con el informe. Será necesario hacer un plan de reforma y acometerla de acuerdo con unos plazos estipulados. Por descontado, las reformas corren a cargo de los propietarios del edificio.
Qué hacer si la ITE es desfavorable
Si la ITE de un edificio no es favorable, tras realizar el proyecto de obra para su reforma, es necesario solicitar la licencia de obras correspondiente al Ayuntamiento para poder comenzarlas. Cuando se conceda el permiso, y tras elegir a la empresa encargada de las obras, ejecutarlas.
Cuando estas obras estén terminadas, habrá que comunicar al ayuntamiento que se han llevado a cabo de la manera indicada por el inspector. Será necesario, para ello, conseguir el certificado de idoneidad, que indica que has efectuado las reformas y que se han hecho de la manera adecuada. El certificado también sirve como verificador de que estas obras se han realizado. Una vez se obtenga el mismo, tendrás que remitirlo al Ayuntamiento para que quede constancia de ello.
El coste de una ITE y la penalización por no realizarla
Pasar la ITE no es un servicio gratuito, y su precio puede variar bastante de una localidad a otra. Además, en el precio influyen tanto las tarifas del técnico que la hace como el tamaño del edificio. No solo eso, también lo hace el estado del edificio a revisar. Cuanto mayor sea el edificio o en peor estado esté, más cara será la ITE. En general, la ITE de un edificio de viviendas de unas cuatro plantas puede rondar los 500 euros. En el caso de torres de viviendas de diez o doce plantas, el precio puede dispararse hasta superar los 6.000 euros.
¿Qué sucede si los propietarios de un edificio deciden que no van a solicitar pasar la ITE aunque sea obligatorio? Pues que se enfrentan a multas y sanciones. Estas varían en función del Ayuntamiento y su normativa, pero pueden llegar a superar los 6.000 euros. También pueden ser sancionados si deciden no hacer reformas tras tener una ITE favorable o superar el plazo que se les dé para realizarlas.
Las sanciones en este tipo de casos no solo son económicas. Desde hace varios años, en concreto desde 2012, que el edificio haya pasado la ITE es obligatorio para poder vender un inmueble. Si no se ha pasado, la venta se puede paralizar. Además, cuando quien quiera comprarlo vaya a solicitar una hipoteca, el banco se la puede denegar.
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