La eficiencia energética es un aspecto fundamental, por varios motivos. El primero, por lo relacionado con el encarecimiento de la energía, en pleno ascenso, que está perjudicando gravemente la economía de particulares y empresas, y agravando la situación de pobreza energética sufrida por parte de la población.
Pero, también, por su influencia en lo que respecta a nuestro propio confort. En efecto, un mal plan de eficiencia energética puede provocar malestar y efectos perjudiciales para nuestra salud y descanso.
Por ello, es muy importante tenerla en cuenta, y hemos preparado algunos consejos para mejorar la eficiencia energética de tu hogar.
Mejorar la eficiencia energética
Existen diferentes dimensiones sobre las que podemos actuar para mejorar nuestra eficiencia energética. De esta manera, las hemos organizado por puntos para que sea mucho más fácil identificar qué puntos son de especial importancia.
El aislamiento térmico
Quizás sea el punto más importante a la hora de mejorar la eficiencia energética de nuestro hogar. Mediante la instalación de elementos como aislantes térmicos en falsos techos, suelos o fachadas contribuiremos de forma decisiva a mejorar el aislamiento térmico e implementar con ello la eficiencia energética de nuestras fuentes de calor o frío. Esto se debe a que sus capas reciben la temperatura del interior, por lo que aumentan la retención de su temperatura tanto contra el calor como contra el frío.
Hay que añadir, además, que el momento de implementar nuestro aislamiento térmico es también buen momento para aumentar el aislamiento acústico, con materiales que pueden cumplir ambas funciones como el poliestireno extruido, las espumas de poliuterano o la fibra de vidrio conseguiremos protegernos de dos factores perjudiciales para nuestro confort.
Combatir el puente térmico
El puente térmico es el fenómeno donde se interrumpe el aislamiento de la vivienda y esta zona hace que se pierda la inercia térmica. Pondremos un ejemplo para aclararlo: en el pasado era muy típico cuando se construían viviendas, hacer un hueco al radiador debajo de la ventana para que este no quedara en medio o resultara molesto. Esa zona es un puente térmico debido a que el espesor de la pared se ha reducido y ha quedado desprotegida en términos de eficiencia energética.
Este fenómeno también vale para los vidrios. Sucede que, por ser un material fino y en contacto directo con el exterior puede producir pérdidas de eficiencia energética. Para ello, lo mejor es sustituir nuestros viejos vidrios por otros con cámara de aire climalit. También son interesantes los vidrios con un factor solar bajo especialmente en verano. Por otra parte, existen otros espacios donde se generan los llamados puentes térmicos y que normalmente no vigilamos. Pasa con los tambores de las persianas, normalmente en zonas frías y expuestos al efecto de pérdida de aislamiento. Es también recomendable sustituir los viejos por sistemas nuevos que cuenten con aislantes incorporados.
Mejora la instalación
El otro factor más importante para implementar la eficiencia energética de nuestra instalación es estar muy atento a sus componentes. Por ejemplo, sustituiremos los elementos como calderas antiguas por otras de alto rendimiento. Una buena opción son las calderas de biomasa o las de condensación. Con ellas (si podemos) sería buena opción la instalación de calefacción de suelo radiante.
En el caso de las calderas de condensación, además de ganar en seguridad y silencio, son capaces de funcionar con hasta un 30% de gas menos que las calderas tradicionales. Menos consumo y, por tanto, más ahorro para el bolsillo. Además, también son beneficiosas para el medio ambiente, porque emiten menos gases contaminantes a la atmósfera. Se calcula que las calderas de condensación emiten hasta un 70% menos de dióxido de carbono y nitrógeno al entorno que los modelos tradicionales.
Para el caso del suelo radiante hay que decir que es una tecnología muy eficiente. Al mismo tiempo, en los últimos tiempos ha abaratado notablemente los costes de instalación. Tanto es así que en el caso de alguna de sus alternativas es posible instalarla por uno mismo. Nos referimos al suelo radiante eléctrico, que se coloca por paneles.
Controla la temperatura
Para mejorar la eficiencia energética en una instalación de calefacción también es necesario controlar a qué temperatura está funcionando. Hay que procurar que la calefacción no funcione a una temperatura muy elevada. Si es así no solo se empeorará el confort térmico en las viviendas. También aumentará el gasto energético, lo mismo que la factura del gas o la electricidad. Mantener la temperatura en las viviendas a una temperatura de entre 19 y 22 grados es suficiente en invierno. Incluso en los periodos más fríos.
Para conseguirlo, lo más recomendable es instalar un termostato en el sistema de calefacción, y programarlo para que no supere los 21 o 22 grados. De esta manera, cuando la calefacción alcance la temperatura indicada, saltará el termostato, y se apagará hasta que baje de nuevo.
Hay zonas en las que, en invierno, la temperatura baja por la noche de manera notable. En estos casos, sobre todo si la vivienda es muy fría, es habitual dejar la calefacción puesta por la noche. Pero no es aconsejable dejarla a la misma temperatura que por el día.
Quienes viven en ella pasarán calor durmiendo, y además se consume mucha energía. En estos casos lo mejor es bajar la temperatura de la calefacción para que funcione si la temperatura baja de 16 o 17 grados. Así se mantendrá constante durante toda la noche. Eso sí, si no va a hacer un frío excesivo, lo más aconsejable es apagar la calefacción antes de ir a dormir.
Válvulas termostáticas
En el caso de que en casa tengas radiadores queremos recordarte la existencia de las válvulas termostáticas que pueden contribuir de forma notable a mejorar la eficiencia energética. Igualmente, te recomendamos que vigiles muy bien el correcto funcionamiento y programación de elementos de control como programadores o termostatos, como acabamos de ver.
En el interior de cada habitación se producen durante la jornada variaciones de las cargas térmicas en función de diversos factores tales como la variación imprevista de la temperatura externa y aportes internos de energía gratuita, debidos por ejemplo, a la presencia de un mayor número de personas, equipos eléctricos, radiación solar a través de ventanas, etc.
Dentro de los sistemas de regulación aplicables, el cabezal termostático es seguramente el instrumento más fiable, económico y simple de instalar y utilizar.
Calefacción programada
Con esto se soluciona la necesidad que surge cuando cada estancia de una vivienda necesita contar con una temperatura distinta. Puede que haya habitaciones que no se utilizan, y que por tanto no sea necesario calentarlas. Otras, en las que duerman bebés, puede que necesiten más temperatura que las habitaciones de los adultos. Pues bien, si el sistema de calefacción cuenta con un termostato o un sistema de control que permita tener distintas zonas de una vivienda a temperaturas distintas, se podrá disponer de una gestión más eficiente del sistema de calefacción. Todas las estancias se podrán poner a la temperatura deseada, independientes unas de otras. De esta manera se podrá optimizar el consumo de energía, y también el gasto.
Respecto a la programación de estos, también hay que proponer la programación por horas de los mismos. Esto puede hacerse desde la misma consola de control o, incluso, desde nuestro propio teléfono móvil en el caso de algunos fabricantes.
Entrar en casa y encontrarla helada en invierno no es muy recomendable. Por eso, al instalar un termostato lo mejor es que sea programable. De esta manera puedes programarlo para que se encienda una hora o media antes de que vayas a llegar a casa. ¿Qué ganas con esto? Pues además de encontrar la casa a una temperatura más agradable cuando llegues, no tener que ponerla a una temperatura muy elevada cuando enciendas la calefacción para que caliente antes. Por mucho que estés pendiente después para bajar el termostato, puede que se te olvide, y que de repente tengas la casa con un calor excesivo y el consumo se te haya disparado.
Si puedes programar la calefacción según tus necesidades puedes ponerla a la temperatura habitual cuando indiques al sistema que se encienda. Así no gastarás de más, ni tendrás frío al llegar.
No te olvides del mantenimiento
Aunque creas que el sistema de calefacción funciona perfectamente, puede que tenga algún problema que empeore su rendimiento. Por eso es conveniente revisar su estado cada cierto tiempo. Con algunos de los componentes del sistema la revisión será opcional. Pero en el caso de otros componentes, como las calderas, la revisión no es aconsejable, sino obligatoria.
Estas revisiones de caldera deben realizarse obligatoriamente cada dos años. Cada cinco, además, se realiza además otra inspección del sistema de calefacción si es de gas natural. De esta manera no solo te asegurarás de si el sistema funciona de la mejor manera para evitar desequilibrios y desajustes en el consumo. También te cerciorarás de si el sistema es o no seguro. Estas son las revisiones obligatorias, pero tú puedes contratar la realización de revisiones anuales con el fabricante de la caldera, y que por ejemplo, en función de lo que cubran estas revisiones, el técnico se encargue de realizar la limpieza interior de la caldera.
En caso de que utilices otro sistema de calefacción, aunque no sea obligatorio, revisarlo cada cierto tiempo es más que recomendable. Por ejemplo, si se trata de un sistema de calefacción que utiliza estufas y chimeneas, las revisiones tienen que incluir siempre un repaso al tiro y al conducto de evacuación del humo, para evitar que sufra obstrucciones.
Conseguir un mayor grado de eficiencia energética en las instalaciones pasa por instalar productos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente, pero también por el uso que hacemos de ellas. Con estos consejos conseguirás mejorar la eficiencia de tu instalación de calefacción, por lo que reducirás la factura energética.
Las energías renovables
Siempre que sea posible es muy beneficioso en términos de eficiencia energética la instalación de energías renovables. Hay que decir que son idóneas si hemos tomado en cuenta todas las medidas anteriores. En gran parte un buen aislamiento, una buena instalación y algunas tecnologías disponibles como la de la calefacción por suelo radiante (de bajo consumo y que funciona a bajas temperaturas) son complementos ideales para las energías renovables. Con ello podremos ahorrar significativamente. Además, habremos implementado de forma notable nuestra eficiencia energética.
Esperamos que este artículo te haya servido de ayuda. Te animamos a consultar otros en nuestro blog, donde toda la información sobre eficiencia energética y otros temas está a tu disposición.
Add Comment