Soluciones de eficiencia energética

Ahorrar en calefacción es posible sin pasar frío

Ahorrar en calefacción cuando empieza la temporada de frío es una de las principales máximas de hogares y empresas en cuanto se acerca el invierno. Muchas veces ya en otoño, en función de dónde estén situadas viviendas y oficinas, se hace necesario encenderla para que no baje la temperatura. Y al precio que está tanto la electricidad como el gas, si hay que tenerla mucho tiempo encendida, la llegada de la factura puede dar un susto a más de uno. Por eso es necesario racionalizar el uso de la calefacción para intentar ahorrar energía todo lo posible.

Por suerte bastará con seguir unos cuantos trucos para que lo que gastas en calefacción se reduzca. Además, no son complicados, y puede ponerlos en práctica cualquier persona. Tenlos siempre presentes cuando vaya a empezar la temporada, porque algunos tendrás que ponerlos en práctica antes de comenzar a encenderla de manera regular. Aquí los tienes todos.

Ahorrar en calefacción con un buen mantenimiento

Si cuentas con un sistema de calefacción eléctrico o por gas, sobre todo en este último caso, un buen mantenimiento del sistema es fundamental para no gastar de más en calefacción. También para no pasar frío porque algún radiador, o incluso la caldera, no funcionen correctamente. Esta última, la caldera, será la que sí te haga invertir dinero en mantenimiento, aunque a la larga te resultará más económico que esté correctamente revisada. Contratar los servicios de una empresa o especialista en mantenimiento hará que todos los años tengas que abonar una cantidad, pero a cambio la caldera quedará perfectamente revisada y limpia. Eso incidirá en un mejor funcionamiento sin que tengas que hacer nada.

Eso sí, cuando tengas que sustituirla, elige cuidadosamente el modelo que vas a instalar. En la práctica totalidad de los casos tendrás que instalar una caldera de condensación, y dentro de estas, controla que sean de bajo consumo. Aunque el desembolso económico sea más fuerte, como sucede con todas las sustituciones de caldera, a la larga saldrás ganando. Este tipo de calderas tienen un consumo menor y por tanto, el ahorro mensual en calefacción al cambiarlas será más que notable. Además, si cuentan con un modo de bajo consumo, el conocido como Eco o Ecológico, podrás reducir aún más su consumo sin pasar frío. Ahorrar en calefacción, pero sin tener las estancias con una temperatura desagradable.

Aparte de mantener la caldera, también tienes que vigilar los radiadores. Para empezar, revisa cada cierto tiempo que todas sus barras calienten por igual. Si no es así, es posible que el radiador tenga aire, lo que hará que funcione peor, caliente menos y haga trabajar a la caldera más de la cuenta. También puedes notar que en el circuito hay aire si escuchas silbidos o siseos en las tuberías cuando la calefacción está encendida.

En estos casos lo que tienes que hacer es sacar el aire del circuito y los radiadores. Para ello tienes que purgar los radiadores. Busca una válvula que habrá generalmente en su extremo superior o interior (generalmente en el primero). Tendrá una ranura que facilitará su giro para abrirla, insertando en ella por ejemplo el borde de una moneda. Así podrás girar la válvula y abrirla. Si el radiador o el sistema tienen aire, empezará a salir de inmediato con un siseo. Cuando haya salido todo el aire, entonces comenzará a caer agua. Por eso es recomendable que al abrir la válvula coloques un recipiente debajo, para evitar mojar el suelo.

Repite la operación con todos los radiadores de la vivienda o la oficina. Cuando termines no quedará aire ni en los radiadores ni en el circuito. Eso sí, después de hacerlo revisa la presión de la caldera, porque puede que haya bajado y necesites subirla un poco. Para comprobar que todo funciona perfectamente, enciende la calefacción para cerciorarte de que todos los radiadores calientan por igual en toda su superficie. También para asegurarte de que ya no se oyen silbidos ni siseos por las tuberías. Si es así, el sistema funcionará mejor y no quemará gas en exceso para intentar calentar las zonas obstruidas que tenía antes.

En caso de que la calefacción sea por suelo radiante, tiene que contar con un punto de purga, que te servirá para sacar el aire del sistema. Tras hacerlo, verás que, como sucede en los sistemas con radiadores, también funciona mejor. En cualquiera de los dos casos, alcanzar la temperatura seleccionada les resultará más sencillo, y por tanto, se apagarán antes y consumirán menos.

Trucos para gastar menos en calefacción

Aparte de realizar un mantenimiento correcto del sistema, hay otros pequeños trucos y precauciones que puedes tomar para ahorrar en calefacción y que no se te disparen las facturas. Para empezar, tienes que controlar la temperatura a la que pones la calefacción. La temperatura ideal estará entre 19 y 21 grados. Evidentemente, como se trata de calentar, lo normal será colocar el termostato entre 20 y 21 grados. Porque si la temperatura sube de 21 grados, el consumo subirá entre un 6% y un 7% por cada grado. Algo que hará que la factura suba. Por tanto, es básico cuidar la temperatura.

También tienes que evitar tapar los radiadores cuando esté la calefacción encendida. Esto se suele hacer, por ejemplo, cuando hay ropa húmeda que se necesita secar. El calor de los radiadores la secará más rápido. Pero esto perjudicará el funcionamiento del sistema. Esta ropa mojada o húmeda creará una barrera un tanto ilusoria para el sistema, que creerá que la temperatura es menor de la real. De esta manera, lo que sucederá es que el termostato no saltará cuando tenga que hacerlo.

En vez de eso, el sistema seguirá trabajando para intentar llegar a la temperatura fijada. Aunque ya se haya alcanzado, pero no lo detectará. Por eso, el consumo será mayor, y la factura también. Esto no solo sucede con la ropa mojada. Cualquier elemento que tape el radiador, sobre todo en su parte superior, incidirá en el funcionamiento del sistema y su consumo.

Otra cosa que puedes hacer para reducir el consumo de calefacción, sobre todo si tienes habitaciones que no utilizas, es apagar los radiadores que haya en ellas. Si no se utilizan, o apenas se usan, no tiene sentido calentarlas. De esta manera conseguirás una reducción importante del consumo.

La ventilación es otro punto importante de cara a evitar consumos excesivos de calefacción. Aunque cueste porque en invierno hace frío, también hay que ventilar. Pero no hace falta que sea durante mucho rato. Bastará abrir persianas y ventanas durante unos 10 minutos, e incluso con cinco bastaría en caso de que las ventanas sean de gran tamaño. También si la corriente de aire que se genera es bastante potente.

Otro punto delicado es cuándo abrir para ventilar. Muchos apuntan, sobre todo si la casa va a estar vacía durante la jornada, o al menos durante una buena parte de ella, a que lo mejor es ventilar a primera hora de la mañana. De esta manera, el calor que se vaya generando durante el día no se pierde. Pero también puede ser una buena idea, sobre todo si se pasa tiempo en casa, y si la calefacción se enciende por la tarde o por la noche, abrir a la hora que haga la temperatura más elevada en el exterior.

Sí es verdad que se pierde el calor generado en la casa hasta entonces. Pero también lo es que al hacer más calor en el exterior, entrará menos frío. Todo depende, por tanto, de tus preferencias y el uso que se haga de una vivienda. En caso de que sea una oficina, lo más recomendable es ventilar a primera hora, y acto seguido cerrar y encender la calefacción.

Vigila el aislamiento para ahorrar en calefacción

Además de estos trucos y del mantenimiento del sistema, también es necesario cuidar el aislamiento de las puertas y las ventanas de la vivienda para mejorar la eficiencia térmica de una vivienda o de una oficina. En el caso de las puertas, no solo de la exterior a la calle o a la escalera de vecinos. También de las interiores de la vivienda. Porque si no están bien aisladas, serán un punto por el que se escape el calor del interior y por el que entre el frío del exterior. Aquí también puedes utilizar trucos. Por ejemplo, situar una alfombra pequeña pegada a la puerta de entrada. Así evitas que quede un hueco de la puerta al suelo, uno de los principales problemas para el aislamiento por puertas.

En el caso de las ventanas, hay que comprobar que su aislamiento esté en perfecto estado, y evitar la condensación o que haya pequeños huecos por un ajuste incorrecto de sus hojas o del material aislante. En caso de tener ventanas dobles, el nivel de aislamiento será mayor, y la retención de la temperatura interior será mucho más sencilla. En efecto, se puede rebajar el escape de calor en este caso hasta un 50%.

Estas son algunas de las medidas que puedes tomar para evitar que el gasto en calefacción se te dispare. También para controlar el consumo sin tener que pasar frío en casa. Si las sigues no tendrás sustos con la factura cuando te llegue y lograrás ahorrar en calefacción ¡sigue estos consejos para evitar que tu factura suba!

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STH

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