El 30 de marzo de 2016, BIM (Building Information Modeling) se experimenta por primera vez en Francia. Este proceso digital y colaborativo permite crear y gestionar los datos de un edificio. Desde su concepción hasta su explotación y, finalmente, su destrucción. Una innovación digital que podría revolucionar el sector de la construcción.
¿Qué es BIM?
Building Information Modeling (BIM) permite a los diversos responsables de un proyecto de construcción generar y compartir, en un modelo digital común, todos los datos técnicos del libro y el contenido de sus intervenciones.
Aparecido hace 30 años y ya utilizado en varios países, el BIM tiene dos ejes principales:
- Un proceso colaborativo.
- El diseño de un modelo 3D del edificio que integra todos los elementos.
De este modo, permite a los profesionales de la construcción optimizar todas las etapas del proceso, desde el diseño hasta la construcción y, finalmente, la destrucción.
¿Cómo desarrollar un BIM?
Los datos digitales son generados por los fabricantes, que proporcionan objetos en forma de bases de datos interconectados que pueden ser utilizados por el software empresarial de diseño.
Estas bases de datos pueden estar en formato IFC (ISO) o adaptarse al formato del software que se utilice (Revit, Archicad …). Los usuarios de estas herramientas pueden crear, compartir entre sí y modificar la información técnica, a medida que avanza el proyecto. Todos los elementos se detallan con precisión en la maqueta digital, de modo que cada profesional puede planificar y coordinar su intervención con los de otras partes interesadas. Este proceso también permite establecer diferentes hipótesis (modelos virtuales en 3D) y medir sus impactos. Finalmente, permite identificar posibles errores, y corregirlos, antes del proyecto.
De este modo, la empresa de instalación puede diseñar y luego actualizar las redes de distribución en todos los pisos de un edificio, de acuerdo con los diferentes elementos técnicos y equipos presentes en el modelo modelado en 3D.
Las dimensiones del BIM
Y ya que hablamos de dimensiones, la metodología BIM no trabaja únicamente en 3D. De hecho, en la actualidad es posible llegar a trabajar en siete diferentes. Estas dimensiones se encargan de sectorizar las fases del ciclo de vida de un edificio, de manera que se integren dentro de un modelo gráfico virtual. En este, la edificación no se concibe como un objeto estático, sino dinámico y cambiante a lo largo del tiempo.
Pero, ¿qué se trabaja en cada una de estas dimensiones? En la primera dimensión se recopila la información y las normativas a aplicar a la construcción. Se realizan las primeras aproximaciones gráficas y se determina la estructura, los costes y los plazos de tiempo. La segunda es la planimetría clásica con información gráfica menos compleja que en la tercera dimensión, que es donde ya se aplica el diseño vectorial. La innovación en ella está en que, además de la visualización arquitectónica, se trabaja de forma colaborativa con otras disciplinas, como la estructuras o las instalaciones.
La cuarta incorpora el tiempo en la fase del modelado, de manera que puedan llevarse a cabo un análisis de los plazos para la gestión de los contratos y los tiempos de actuación; concretamente en el proyecto y construcción. En la quinta, se le añaden los costes a lo largo del tiempo, lo que supone toda una innovación frente a la metodología tradicional.
Las dos últimas se corresponden con la energía y la gestión, respectivamente. Se busca la sostenibilidad, y para ello se tienen en cuenta los costes energéticos durante toda la vida útil del edificio. En la gestión, se hace referencia al funcionamiento y se incluye el mantenimiento, la garantía o la información relativa a fabricantes, así como las decisiones futuras sobre demolición o rehabilitación.
¿Por qué apostar por BIM?
BIM es una tecnología que tiene muchas ventajas:
- Facilita la colaboración y la coordinación de los diferentes profesionales, durante todas las etapas del proyecto de construcción.
- El modelado de información de edificios le permite probar y analizar virtualmente la viabilidad de un edificio. Desde la construcción hasta la operación y, finalmente, hasta la destrucción.
- Optimiza la gestión de recursos y materiales. Consecuentemente, reduce el coste de implementación.
- También sirve como pasaporte para el proyecto, que por lo tanto se conoce en cada detalle.
- BIM se utiliza para construir edificios que cumplan con las normas y certificaciones ambientales, vigentes en el sector de la construcción y aplicadas a sus partes interesadas.
Un éxito que atrae más éxitos
Consciente de estos beneficios, el 30 de marzo de 2016, Emaús Hábitat presentó el primer permiso de construcción BIM en Francia para la construcción de un programa de 109 viviendas sociales de alquiler, ubicado en el municipio de Bussy-Saint-Georges (Seine-et-Marne). -Marne).
Este programa residencial BIM es el primero en Francia y debería fomentar otras iniciativas de este tipo. De hecho, confirma el interés de lo digital en la industria de la construcción. Particularmente en términos de lograr los objetivos de calidad (sectoriales y ambientales) esperados por el estado.
Todos los participantes en la industria de la construcción, y en particular las empresas de instalación, tienen mucho que ganar al integrar una mayor parte de lo digital en sus negocios, para adaptarse a los desafíos del sector y seguir siendo competitivos.
La metodología BIM en la construcción en el momento actual
Tras el éxito cosechado en Francia, el uso de la metodología BIM en la construcción no ha dejado de incrementarse. Tanto, que hoy en día multitud de países pertenecientes a la Unión Europea han iniciado una estrategia para la implantación de este modelo a nivel nacional, de manera que aumente su aplicación en el ámbito público. En algunos, incluso, su implementación ha llegado a ser obligatoria en este último.
Si nos centramos en nuestro país, fue en 2015 cuando el Ministerio de Fomento lanzó la comisión esBIM, que incluía a varios agentes y organizaciones de los sectores público y privado, con la finalidad de establecer una hoja de ruta para su implantación y promover su uso también en los ámbitos docente y profesional. Así, desde 2018, se hizo oficial la intención de que la metodología BIM en la construcción fuera obligatoria en las obras públicas.
No obstante, esta mera intención se convirtió en un cambio legislativo a finales de 2018, cuando el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto 1515/2018 de 28 de diciembre. Por medio de este, pasa a crearse la Comisión Interministerial, cuya finalidad es la de incorporar esta metodología a la contratación pública, y se hizo obligatorio su uso en todos aquellos proyectos constructivos de edificación cuya financiación fuera pública.
Desde junio de 2019, la obligatoriedad se extiende también a los proyectos de infraestructuras que tengan financiación pública. Y en cuanto al 2020, la metodología BIM y su normativa debe aplicarse en todos los equipamientos e infraestructuras púbicas en cualquiera de sus fases. Es decir, diseño, construcción o mantenimiento. Pero además, tanto en aquellos proyectos de obra nueva como cuando se trata de una rehabilitación.
Ahora BIM, también refuerza la seguridad de las obras
Fuente de la imagen: Fotolia (LaCozza); El proyecto sustantivo (diseño camaleón)
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