Las energías renovables, tras un periodo inicial de reticencias, gozan de una popularidad creciente entre las administraciones, empresas instaladoras de sistemas de agua caliente y calefacción, y usuarios particulares. Por eso, el número de ciudadanos que se interesan por ellas a la hora de instalar sistemas de agua caliente y calefacción son cada vez mayores. No solo en viviendas unifamiliares. También están presentes cada vez con más frecuencia en comunidades de vecinos con dos o más viviendas. En este caso, lo más frecuente es encontrar sistemas centralizados mediante energía solar.
En este tipo de sistemas, la energía generada tras recoger energía solar de la luz solar se transforma, a través del sistema adecuado en cada caso, para llevar calor o agua caliente a las viviendas. Generalmente, la recepción de la energía se lleva a cabo a través de placas solares colocadas en el tejado o en la azotea del edificio en el que están las viviendas. Después, en resumen, el calor pasa a los sistemas que llevan a cada una de ellas. Descubre cómo y que tipo de sistemas permiten disfrutar de instalaciones centralizadas con energía solar.
Componentes de una instalación centralizada de energía solar convencional
A la hora de instalar un sistema centralizado de energía solar para comunidades de vecinos será necesario contar con un sistema compuesto por varios elementos. El principal serán unas placas solares que, como hemos mencionado estarán en el tejado o en la azotea. En ellos están integrados unos captadores solares para recoger el calor, y unos intercambiadores, que transforman la energía en calor para el agua. Además, las placas incorporan acumuladores solares para almacenar energía, independientes y distintos de los que tienen las calderas. El calor, una vez transformado y apto para el circuito, va de estos acumuladores a los de las calderas, donde el agua se calienta hasta la temperatura adecuada para entrar en los circuitos.
La energía después puede ir directamente a un colector, como veremos a continuación, o al sistema de calderas mencionado. Estas estarán situadas en un cuarto específico, en el que estarán todas. Serán las que se encarguen de proporcionar servicio a varios tipos de calefacción y agua caliente sanitaria a las viviendas de la comunidad en la que se encuentre el sistema.
De estas calderas sale un circuito de agua caliente destinado a los sistemas de calefacción de cada vivienda, con la temperatura regulada en función del tiempo que hace en el exterior. Esto es, el agua que va a cada vivienda irá más caliente si en el exterior hace más frío. Será menor si fuera la temperatura es más elevada. También influye la orientación de la vivienda en esto. Si el edificio da al norte, la temperatura del agua será mayor, y menor si está orientado al sur. Esto lleva a que muchos sistemas tengan dos circuitos separados: uno para las casas que estén hacia el norte y otro para las que den al sur, con temperaturas de salida del agua diferentes.
Aparte del circuito de calefacción hay otro circuito para el agua caliente sanitaria. Es decir, para el que va a la ducha, el lavabo o los grifos de la cocina. Este sistema incorpora también otro circuito secundario, conocido como circuito de recirculación. Su misión es mantener el agua que discurre por las tuberías a la temperatura más adecuada.
Cada uno de estos circuitos cuenta con un sistema de entrada en cada vivienda de la comunidad, con las correspondientes llaves de paso a cada instalación. Tanto para la de agua caliente como para la de calefacción. Aparte de esto, cada vivienda cuenta con su contador individual para cada uno de los dos circuitos.
Estos circuitos quedan completados por las instalaciones individuales de calefacción y agua caliente de cada vivienda. En el caso de las primeras, tendrán un termostato que medirá la temperatura ambiente. Estos son regulables y permiten apagar la calefacción al alcanzar la temperatura deseada. Los modelos más modernos también son programables, lo que da la oportunidad de programar el sistema de calefacción para que se inicie o apague a una hora determinada.
Aparte de estos elementos, los sistemas de energía solar centralizados cuentan con varios elementos reguladores. Los primeros son generales y están en la sala de las calderas. Son los que se encargan, por un lado, de controlar la temperatura del agua caliente que irá para la calefacción. Como hemos mencionado, en este caso dicha temperatura dependerá sobre todo de la que haya en el exterior. Cuanto menor sea esta, mayor será la del agua que se enviará al circuito de calefacción.
Por otro lado, el sistema de acumulado y distribución que lleva la conducción general para el agua caliente sanitaria también contará con su regulador. Como el anterior, se encargará de vigilar la temperatura a la que se distribuye a dicho sistema. Pero los sistemas centralizados de agua caliente y calefacción no solo cuentan con reguladores en su tramo general. También los llevan en sus instalaciones individuales para cada vivienda. Como hemos visto, la calefacción de cada piso cuenta con su propio termostato para controlar la temperatura ambiental.
Además, el sistema de agua caliente también lleva un regulador, que permite variar la temperatura mediante la mezcla del agua caliente con la fría cuando sale por los grifos. De esta manera, la temperatura del agua se va regulando hasta que alcanza la temperatura que más agradable parece a quien ha abierto el grifo.
Instalaciones centralizadas con energía solar y acumuladores
Las instalaciones centralizadas que permiten obtener calefacción y agua caliente sanitaria gracias a la energía solar basan su funcionamiento en un mecanismo muy sencillo: la energía captada en las placas solares pasa a un sistema de acumulación y calderas que transforma la energía en calor. Pero también hay instalaciones que, aunque implantadas en algunos países y en otros casos todavía en fase experimental, se encargan de recoger calor del sol en verano y almacenarlo en instalaciones preparadas para ello. Después, estas instalaciones utilizan el calor recopilado en verano para ofrecer agua caliente y calefacción en invierno. ¿Cómo se consigue esto? Pues con unas instalaciones que incluyen unos equipos recolectores de grandes dimensiones.
Estos tanques se instalan adecuadamente aislados, en instalaciones dispuestas para ello en la comunidad de vecinos. Incluso enterrados bajo, tierra si no se dispone el despacio apropiado o la comunidad no quiere inutilizar parte de sus espacios comunes para su instalación. El aislamiento de estos tanques evita que puedan perder calor con el paso de las semanas. De esta manera el calor almacenado en ellos se queda en su interior varios meses, lo que permite que las comunidades que utilizan estos sistemas puedan contar con calefacción y agua caliente incluso hasta los meses de marzo o abril.
En la actualidad este sistema, que describiremos a continuación, ya está implantado en países que no cuentan con veranos muy largos ni con muchas horas de luz en invierno. Hablamos, por ejemplo, de Canadá, Centroeuropa o los países nórdicos. En la actualidad ya se está, eso si, probando en diversos países mediterráneos, como un sistema que parece adecuado para generar energía suficiente para multitud de viviendas por tratarse de zonas más cálidas. Incluso para varios centenares, lo que lo convierte en adecuado para comunidades de vecinos de gran envergadura. Incluso para urbanizaciones de varios bloques.
En ocasiones, sobre todo en zonas frías, el sistema se complementa con una pequeña contribución de gas natural. Es decir, que aunque la instalación se alimente sobre todo de energía solar, en muchos casos también tienen que contar con suministro de gas natural para funcionar durante varios días todos los inviernos. Aunque esto no tiene por qué ser así en muchos puntos. Sobre todo, en aquellos en los que los inviernos son más cortos y cálidos.
Esto no quiere decir que los sistemas no sean potentes, ya que cuentan con un poder de recolección tal que les permiten generar nada menos que 7.000 litros de agua caliente por cada metro cuadrado. Sin ellos, los sistemas no contarían en muchas ocasiones en invierno con el poder de transformar energía solar en agua caliente, que también va para la calefacción. Eso si, también hay que tener en cuenta que estos sistemas de almacenamiento no tienen que ser iguales en todas partes. Serán mayores cuanta más energía solar sea necesario almacenar. Es el caso de puntos de países situados en las inmediaciones del Círculo Polar Ártico. Y menores donde el invierno sea más corto.
Por tanto, las instalaciones centralizadas que utilizan energía solar como fuente permiten a comunidades de vecinos de todo tipo de tamaños olvidarse del consumo de gas para obtener agua caliente para la calefacción y el agua caliente sanitaria. Al contar además con una fuente de energía renovable, también se obtiene calor para el agua de manera respetuosa con el medio ambiente. Y aumenta la capacidad de reducción de emisiones de la comunidad que cuente con este tipo de sistemas. Si estás interesado en este tipo de sistemas colectivos de calefacción y agua caliente con energía solar, ponte en contacto con una empresa experta en instalaciones de este tipo, como la empresa de profesionales de calefacción y fontanería STHexpert.
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