El cambio climático, la seguridad energética, la lucha contra la pobreza energética y el ahorro energético-económico, son algunos de los motivos por los que alcanzar una mejor eficiencia energética resulta una buena idea para los países de la Unión Europea.
¿Qué papel juegan los materiales en el diseño de edificios más sostenibles? ¿Cómo podemos aumentar la concienciación de los usuarios finales? ¿Por qué necesitamos una edificación más sostenible? La edificación posee un gran potencial de ahorro energético, el 40% del consumo de energía y el 36% de emisiones de CO2 pertenecen a edificios residenciales y comerciales. Según IDAE se considera que el consumo de energía destinada a la demanda de calefacción y ACS es más del 60% del consumo total doméstico.
El nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), también va en la dirección de avanzar en la mejora de la eficiencia energética de los edificios fomentando las energías procedentes de fuentes renovables.
Una edificación diseñada con pautas de criterios sostenibles y de alta eficiencia puede llegar a ahorrar el 50-70% de energía con respecto a los edificios tradicionales, traduciéndose en una disminución de los costos de funcionamiento del edificio. El consumo medio de agua en los hogares españoles es de 132 litros por persona y día, por lo tanto, siguiendo estas directrices de edificios sostenibles, el consumo de agua es un 30-50% menor y el mantenimiento se reduce entre un 7-8%.
Un edificio certificado aumenta la productividad de los ocupantes (en el caso de un edificio de oficinas), ya que ha sido diseñado pensando en la calidad de los espacios habitables, cantidad de iluminación natural requerida, niveles acústicos adecuados, confort térmico, ventilación suficiente, etc. Todos estos aspectos son primordiales para mejorar la calidad de vida y salud de los usuarios.
Estas certificaciones se basan en la incorporación en el proyecto de aspectos relacionados con el desarrollo sostenible de los espacios del edificio:
- El uso de energías alternativas
- La eficiencia del consumo de agua
- La eficiencia energética
- Mejorar la salud y el bienestar interior
- La selección de materiales y el manejo de residuos de construcción
WELL® es la certificación centrada exclusivamente en la salud y bienestar de las personas, mientras que las certificaciones BREEAM®, LEED® y VERDE® se centran en el cumplimiento de estándares de sostenibilidad, eficiencia energética y confort. Estos certificados son aplicables en cualquier tipo de edificación, tanto del sector residencial como terciario.
El confort térmico en un edificio es fundamental. La sensación térmica experimentada por un ser humano está relacionada con el equilibrio térmico global del cuerpo. Tal equilibrio depende de la actividad física, de la vestimenta y de parámetros ambientales. Es por lo que las instalaciones de climatización tienen una especial importancia al ser responsables de crear el ambiente de confort térmico.
A la hora del diseño de las instalaciones, hay varios elementos que contribuyen a mejorar la eficiencia energética de los edificios y reducir el consumo de un bien escaso como es el agua. En las instalaciones de climatización es básico realizar un correcto equilibrado hidráulico, el sistema de suelo radiante es el sistema de calefacción más eficiente y compatible con fuentes de energía renovables, contribuyendo no solo a mejorar el ahorro y la eficiencia energética, sino que también al confort de los usuarios, sin olvidar los reguladores que limitan el caudal máximo en los grifos de baños y cocinas.BREEAM®, LEED®, WELL®, VERDE® son certificaciones voluntarias. Estas certificaciones acreditan que un proyecto es sostenible, conforme a una escala de niveles reconocida. Se analizan diferentes aspectos que serán calificados para poder obtener el nivel de certificación de cada obra concreta: cuanto más alto, mayor es la sostenibilidad del edificio.
Aunque a simple vista pueda parecer que las certificaciones están diseñadas para calificar el mismo atributo, cada una de las certificaciones posee características que la vuelven más aptas para un tipo de edificios que para otros.
La diferencia más evidente, la certificación WELL® es más apropiada para ambientes laborales que viviendas convencionales, debido a su enfoque en el usuario y mejora en bienestar y salud. Las certificaciones BREEAM® y LEED® poseen grandes similitudes en cuanto a lo que pretenden evaluar, los aspectos de sostenibilidad global de la edificación. LEED® tiene un sistema de puntuación más claro y preciso en comparación con BREEAM®, además de contar con mayor aceptación del público a nivel mundial. La certificación VERDE® se concentra en que el sistema cumpla con los requerimientos de la normativa española, enfocándose más en una audiencia a nivel nacional que internacional.
Si bien la obtención de una certificación es completamente voluntaria, existen varias ventajas cuando una edificación se encuentra certificada:
- El primero de ellos, es la colocación del edificio en una posición superior en el mercado.
- El edificio adquiere mayor valor al asegurar a los usuarios que contarán con una calidad de vida óptima, además de contribuir a la mejora del medio ambiente.
- Existe un estatus tácito superior en los edificios que cuentan con una certificación, en comparación con los que no.
- El gasto energético disminuye entre un 50% y un 70%, mientras que el consumo de agua se reduce en un 40%.
- Los residuos y la contaminación que antes producía la edificación se reducen y administran de forma más eficiente.
La certificación es una inversión a largo plazo, que produce ganancias con creces en un periodo de tiempo moderado. No es de extrañar que, dentro de poco, los edificios sostenibles sean el futuro de los ambientes residenciales y laborales.
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