Entre las distintas válvulas que se instalan en un circuito de calefacción, podemos encontrar la conocida como válvula de equilibrado. Se trata de una válvula que cumple una tarea muy específica y concreta. Su instalación y funcionamiento correcto son esenciales para que la calefacción funcione de forma adecuada en determinadas condiciones, solucionando uno de los problemas más comunes de un circuito de calefacción. Descubre cuál es su utilidad, y en qué situaciones es imprescindible para que la calefacción trabaje de la manera correcta en una vivienda. Te la contamos.
¿Qué es una válvula de equilibrado?
Antes de nada, tienes que saber qué es una válvula de equilibrado. Se trata de un tipo de válvula que permite la realización del equilibrado del agua en un circuito de calefacción. Hay tres tipos: de equilibrado estático, de equilibrado dinámico y de equilibrado térmico.
Una válvula de equilibrado estático es manual, y gracias a su instalación se puede ajustar el flujo de agua que va por un circuito tomando como base, en cualquier situación, el nivel de carga completa de agua que tiene la red. No es aconsejable instalarla en cualquier circuito. Solo en instalaciones que tengan una dimensiones reducidas, o de tipo monotubo. También están indicadas en bloques de pisos o de oficinas con columnas en sentido ascendente. Se pueden colocar en circuitos dedicados a la calefacción que tengan radiadores; también en los de suelo radiante. Tienen un inconveniente: no pueden reducir el ruido que pueda haber en el circuito de calefacción.
En cuanto a las válvulas de equilibrado dinámico, son las que realizan su tarea de equilibrado gracias a un sistema automático. También es necesario colocarlas en puntos concretos del circuito, que elegirá el técnico que lo instale. Cuando estén operativas, se encargan de realizar la tarea de equilibrado sin intervención de los humanos, cuando sea necesario, y con un elevado nivel de precisión. Son las más adecuadas para circuitos en los que la presión del agua cambia con mucha frecuencia. Estas válvulas sí se pueden encargar de eliminar ruidos del sistema. Suelen instalarse en circuitos extensos, como los edificios con sistema de calefacción central.
Por último, una válvula de equilibrado térmico controla cómo se reparte por las tuberías el agua caliente sanitaria en función de su temperatura. No lo hace con base en su nivel de caudal, como sucede con los otros dos tipos de válvula. Su función, además de repartir el agua de manera uniforme por el circuito y hacer que circule de manera continua, es conseguir que tenga la misma temperatura en todos los puntos del sistema. Esta temperatura queda seleccionada cuando se enciende el ACS, según cómo esté ajustada la caldera.
¿Cuál es la misión de estas válvulas?
Los tres tipos de válvulas de equilibrado que hemos visto tienen una misma misión: realizar un equilibrado hidráulico de todo el sistema. Este equilibrado es necesario cuando la calefacción no calienta por igual en todos sus puntos de emisión de calor. En ellos, los radiadores o puntos del suelo radiante más cercanos a la caldera serán los que den más calor. Pero, a medida que nos vamos alejando de ella, los radiadores o el circuito de suelo radiante calentarán menos. Es en estos casos cuando se instalan válvulas de equilibrado.
Estas se encargan de controlar el flujo del agua caliente, y de hacer que se reparta de manera uniforme por todo el circuito. De esta manera, el calor que emitirán los radiadores y el circuito de suelo radiante, incluso en los puntos más alejados de la caldera, será el mismo. Lo mismo sucederá en un circuito de refrigeración o los de enfriado mediante suelo radiante. Una válvula de equilibrado se encargará de que la circulación de agua fría por todas sus tuberías sea uniforme. Al colocar estas válvulas, todos los componentes que estén instalados en un circuito se ajustarán automáticamente para recibir el mismo nivel de agua en todos sus puntos.
Al realizar esta operación, no solo se consigue un mejor funcionamiento de la calefacción, del sistema de refrigeración o del ACS. También se consigue optimizar el consumo energético. Tanto, que en algunos casos la rebaja del consumo puede llegar a superar el 15%, e incluso acercarse a un 20%. Esto llevará, también, a un ahorro económico, y a un mayor cuidado del medio ambiente.
Eso sí, tienes que tener en cuenta que la instalación de una válvula de este tipo no puede hacerla cualquiera. Tiene que realizarlo necesariamente un técnico experto en sistemas de calefacción, que además valorará previamente la instalación. Así que, si tu calefacción no calienta por igual en todos los radiadores o puntos del circuito, ¡consulta con un técnico si es necesario instalar válvulas de equilibrado en él!
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