Los radiadores están presentes en todas las casas cuya calefacción funciona con una caldera. Como cualquier otro elemento esencial de una vivienda, debemos cuidarlos para su correcto funcionamiento, así como para alargarles la vida. Hoy te contamos todo sobre el mantenimiento de radiadores.
Para evitar tener problemas durante el invierno, debemos prestar atención a los radiadores y controlar una serie de parámetros para asegurarnos de que funcionan correctamente cuando vayamos a encender la calefacción.
¿Por qué es importante hacer un mantenimiento de los radiadores con frecuencia?
Para que nuestra instalación de calefacción funcione correctamente debemos prestar atención a todos los elementos que la componen. Un mantenimiento con frecuencia puede prevenir problemas graves de funcionamiento en el futuro.
Según los expertos, la falta de un mantenimiento adecuado en la instalación calefactora puede aumentar las posibilidades de tener averías incluso hasta un 20%. Esto se ve claramente reflejado en las facturas energéticas.
El mantenimiento de los radiadores es muy sencillo y lo podemos hacer de forma habitual, adelantándonos a la época más fría del año. Antes de que llegue el momento de encender la calefacción es recomendable que hagamos una revisión de cada uno de los radiadores de la casa. De esta forma nos aseguraremos de que todo funciona correctamente.
Llevar a cabo un mantenimiento de los radiadores también alarga la vida útil de estos, así como de la caldera misma.
Conseguir una eficiencia energética de nuestro hogar es una buena razón para hacer un mantenimiento adecuado a la instalación. Al hacer que los radiadores funcionen correctamente, gastaremos mucha menos energía para calentar la casa.
Consejos para el mantenimiento de radiadores
Mantener los radiadores limpios y sin polvo
La forma en que funcionan los radiadores es por convección. El radiador calienta el aire a su alrededor y, a medida que el aire caliente se eleva, el aire frío es atraído hacia el radiador por abajo. Estas corrientes de aire calientan gradualmente una habitación entera, por lo que es vital que el aire pueda fluir fácilmente a través y alrededor de un radiador. Esto facilitará el calentamiento de una estancia de forma eficiente.
Por este motivo, los radiadores deben mantenerse limpios y libres de polvo, incluidas las aletas del convector, para que el aire circule libremente y que los radiadores funcionen correctamente. También evitará que el polvo «aísle» el calor del radiador.
Mantener los radiadores despejados
Podemos hacer que los radiadores funcionen mejor si nos aseguramos de que haya suficiente espacio alrededor de ellos. Esto permitirá que el aire fluya libremente. Compruebe que los muebles y las cortinas no estén bloqueando el movimiento del aire alrededor de los radiadores para que la habitación pueda calentarse de la manera más eficiente posible.
Comprobación de fugas
Debemos revisar el suelo, justo debajo de cada uno de los radiadores. Comprobaremos si hay charcos o manchas de agua. En ocasiones, los radiadores pierden agua, si esto se convierte en algo habitual, es mejor llamar a un profesional para que ponga solución al problema.
Apagar la calefacción antes de purgar los radiadores
Siempre debemos tener la calefacción apagada antes de purgar los radiadores. Para proteger el suelo, es recomendable colocar alguna toalla o un plástico.
Para esto necesitaremos la llave del radiador, que se conectará en el centro de la válvula en la parte superior del extremo del radiador. (Algunos radiadores requieren un destornillador de punta plana). A la medida que se escucha en el sentido contrario a las agujas del reloj, se escuchará un silbido cuando el aire se escapa del radiador. Debemos esperar hasta que comienza a salir el gas y luego girar rápidamente la llave en el sentido contrario para volver a cerrarla. Es importante asegurarnos de que lo hemos cerrado correctamente.
Si prefieres no tener que hacer esto de forma regular, siempre se pueden instalar válvulas autolimpiables, que lo harán de forma automática. Esto ayuda a que sus radiadores funcionen de manera óptima en todo momento.
Controlar la presión del circuito de calefacción
Una vez hayamos purgado los radiadores, debemos comprobar la presión de la caldera. Para esto controlaremos el manómetro y nos aseguraremos que la presión no esté por debajo del nivel rojo. Si nos hemos pasado debemos quitar el exceso de presión de la válvula.
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