El equilibrado hidráulico es una solución óptima para reducir la factura energética de las instalaciones térmicas y climáticas. Al compensar la distribución desigual de los caudales, debido a la configuración de las redes, garantiza un confort homogéneo en cada punto del edificio y evita el consumo excesivo de energía. En la práctica, el equilibrado se realiza colocando válvulas en ubicaciones estratégicas de una red para controlar y equilibrar el caudal. Existen tres categorías principales de válvulas que se adaptan a la red y al uso: válvulas de equilibrado estático, válvulas de equilibrado dinámico con regulación de caudal y válvulas de equilibrado térmico. Nos concentramos en las características de cada uno.
Válvulas de equilibrado manual o estáticas
Las válvulas de equilibrado estático (o equilibrado manual) permiten realizar ajustes precisos en los sistemas de calefacción, agua sanitaria o climatización. Definen un caudal de agua nominal, fijo sobre la base del uso de carga completa de la red. La pérdida de carga está asegurada por la válvula y la medición del caudal se realiza indirectamente tomando la presión en el paso.
Las válvulas de equilibrado manual son especialmente adecuadas para instalaciones pequeñas, monotubos o de fancoils. Se recomiendan en edificios con columnas ascendentes y se utilizan especialmente para calefacción, agua fría, agua caliente e instalaciones de calefacción por suelo radiante.
Las válvulas de equilibrado manual son de dos tipos:
- Válvulas de paso fijo. El equilibrado se realiza rápidamente: sólo se tiene que informar el tipo de válvula en el medidor.
- Válvulas de paso variable. La función de equilibrado es diferente en este tipo de válvula, ya que el posicionamiento de la válvula debe ser constantemente informado en el medidor.
Cabe señalar que, si bien las válvulas de equilibrado manual tienen muchas ventajas, no optimizan el confort acústico, no reducen el ruido que puede producirse en el circuito de instalación.
Válvulas de equilibrado dinámico o automático
Las válvulas de equilibrado dinámico de regulación de caudal (PICV) mantienen un caudal constante en el circuito, independientemente de los cambios en la presión diferencial. El equilibrado se realiza con mejor precisión y más rápido, ahorrando así energía. Se recomiendan especialmente cuando las variaciones de presión se producen con frecuencia en la instalación. Una ventaja significativa de este tipo de válvula es la eliminación de ruido en la red, lo que garantiza al usuario un confort acústico óptimo. En el lado del coste, tienen un precio más alto que una válvula de equilibrado estático.
La utilización de válvulas de equilibrado dinámico (PICV) se recomienda en edificios medianos y grandes, específicamente para fancoils. Esto se debe a que estos edificios tienen un caudal variable en las columnas verticales de retorno o en los ramales horizontales de las viviendas.
Válvulas de equilibrado térmico
A diferencia de las válvulas de equilibrado dinámico (PICV), las válvulas de equilibrado térmico (CIV) mantienen una temperatura constante en los ramales. La válvula de equilibrado térmico tiene su utilización en instalaciones de ACS para garantizar en todos los retornos de la red de distribución una temperatura previamente asignada.
La válvula mantiene una circulación de agua permanente y una temperatura mínima en todos los circuitos de la instalación de ACS y permite realizar la limpieza térmica contra la Legionella.
Esta válvula proporciona un equilibrado hidráulico y térmico en dichas instalaciones, manteniendo la temperatura deseada constante en el sistema y limitando el caudal en el retorno a un nivel garantizado y suficiente. Suprime las sobrecargas de caudal y efectúa una mejora de caudal en las salidas desfavorecidas
Al igual que las válvulas de equilibrado dinámico (PICV), estas válvulas de equilibrado térmico ayudan a reducir el consumo de energía.
La elección de las soluciones de equilibrado hidráulico es de particular importancia, especialmente cuando se trata de centrarse en el confort de los ocupantes u optimizar el consumo de energía. El precio y la facilidad de instalación también son puntos con los que hay que considerar a la hora de decidir.
¡Una solución para cada situación!
Para leer sobre el mismo tema: ¿Por qué es importante equilibrar una red?
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