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¿Cuál es la función de un cabezal termostático?

Dentro de un sistema de calefacción, puede que un cabezal termostático pase desapercibido en un primer momento. Sobre todo, por dónde se sitúa habitualmente: en la entrada de agua de cada uno de los radiadores de un circuito de calefacción. A pesar de ello, y de que muchos piensan que se utiliza únicamente para regular la entrada de agua a ellos, tiene una misión bastante más amplia y de bastante importancia. ¿Sabes cuál es, de qué hablamos cuando nos referimos a un cabezal termostático? Descubre todo lo que necesitas saber sobre este componente de los sistemas de calefacción con radiadores.

¿Qué es un cabezal termostático?

Un cabezal termostático es uno de los componentes que se encuentran en las válvulas termostáticas. Estas se instalan de manera habitual en los radiadores de un sistema de calefacción. Estas válvulas se encargan de gestionar la entrada de agua a los mismos, regulando su caudal. Y el cabezal termostático, al formar parte de esta válvula, se encarga de colaborar en esta tarea. Así, cada estancia en la que haya radiadores de un mismo sistema de calefacción les permite emitir a la estancia más o menos calor.

De hecho, un cabezal termostático es el elemento que se ocupa directamente de abrir o cerrar el paso del agua al radiador. Es un elemento muy sensible al calor, lo que lo predispone para ello. Y en función de la diferencia de temperatura que el sistema registre en el ambiente, con la que quieras que llegue a alcanzar, cerrará o abrirá el paso al agua caliente.

Tipos de cabezal termostáticos

Accionamiento manual

Hay varios tipos de cabezales, de los que el más sencillo es el manual. Con él se puede abrir o cerrar, a voluntad, cada radiador en el que está instalado, como se hace con las válvulas manuales de radiador convencionales.

Con sensor

Otro de los tipos de este cabezal es el que tiene integrado un sensor. Se encarga de detectar el nivel del caudal de agua en los radiadores y de controlar qué temperatura ambiente quieres alcanzar. Cuando se alcanza, el cabezal lo detecta y cierra la válvula para que baje el flujo de agua caliente hacia el radiador y dentro de él. Su instalación, al controlar la temperatura, permite reducir de manera notable el consumo de energía: hasta en un 25%. 

Un tipo particular de esta gama de cabezal es el que tiene el sensor colocado a cierta distancia. Su instalación es aconsejable en caso de contar con radiadores de acceso complicado, con elementos como cubreradiadores que los tapan o reciben directamente la influencia del sol. De esta manera, el elemento sensor no está influenciado por estas barreras y podrá realizar adecuadamente la operación que deseas en cada momento.

Estos cabezales incorporan unos números del 1 al 5 en su extremo. Cada número está relacionado con el nivel de temperatura que se quiere alcanzar para cada estancia. Por ejemplo, la posición 3 equivale a unos 20ºC y la posición 5 a 28ºC.

Electrónico

Por último, los cabezales termostáticos electrónicos son los que permiten ajustar la programación del horario de encendido y apagado, así como la temperatura, para cada radiador del sistema. Para programarlos es necesario manipular un teclado que lleva el cabezal. No obstante, también hay cabezales electrónicos que tienen control a distancia. En estos casos, la programación del sensor se puede llevar a cabo sin contacto. Incluso sin estar en la misma habitación que en la que está instalado, y hacerlo desde un tablet o un teléfono inteligente. En cualquier caso, tendrás que estar pendiente de su funcionamiento y tener en cuenta algunos ajustes de este tipo de cabezales para que la instalación funcione correctamente.

¿Cómo funciona una válvula con cabezal termostático?

La misión de un cabezal termostático es, en esencial, y aparte de los modelos manuales, automatizar el flujo de agua a los radiadores. Esto hace que la válvula se abra o cierre cuando la temperatura de la estancia en la que está el radiador baje o suba. Esto es, si la temperatura es superior a la elegida y programada para la calefacción, el cabezal termostático se encarga de que el agua caliente no entre al radiador. Así bajará su temperatura, y se enfriará el radiador. Como consecuencia, la temperatura de la habitación en la que está comenzará a bajar transcurrido un rato. 

Pasado un tiempo, cuando la temperatura sea menor que la deseada, el cabezal termostático dará de nuevo paso al agua caliente al radiador, este se irá calentando de nuevo y la temperatura de la habitación comenzará también a subir. Y así, sucesivamente. Eso sí, hay que tener en cuenta que los cabezales termostáticos instalados en radiadores de sistemas de calefacción central permitirán que las válvulas de las que forman parte pongan límite a la temperatura que hay en las habitaciones en las que estén con la temperatura media solicitada para todo el sistema. Esta estará programada en la sala o cuarto de calderas.

En determinadas ocasiones puede que, al acercarte a un radiador, notes que está más frío en su parte inferior que en su parte superior. Esto no tiene por qué ser indicativo de que hay algún tipo de problema en la instalación. De hecho, en la mayoría de los casos esto solo será una muestra de que el sistema ha llegado a la temperatura que ha elegido el usuario para que, una vez alcanzada, se apague la calefacción hasta que vuelva a bajar. Por eso se notará un descenso en la temperatura de los radiadores: porque en ese momento ya no les está entrando agua caliente. Una muestra de que la válvula termostática, de la que forma parte el cabezal, está realizando su tarea a la perfección. 

Recomendaciones para un funcionamiento correcto de los cabezales

A pesar de que el funcionamiento de un cabezal termostático parece muy sencillo, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones con respecto a ellos para que el sistema no se deteriore. O para que los propios cabezales resulten dañados y, como consecuencia, la calefacción o el radiador en el que está instalado funcionen mal.

Cuidado con tapar el cabezal termostático

Lo primero que tienes que tener en cuenta es que nunca, bajo ningún concepto, tienes que tapar el cabezal. Su funcionamiento podría resentirse, e incluso podría engancharse con lo que lo esté cubriendo. Sobre todo en caso de tratarse de algún tipo de tejido.

Además, en invierno, en caso de que los que viven en la casa en la que estén instalados vayan a ausentarse durante un tiempo en días de frío considerable será necesario tomar una serie de precauciones para evitar averías. Entre ellas, una específica relacionada con las válvulas y los cabezales termostáticos. 

Posición antihielo

En este caso, lo más adecuado es colocar la posición que tiene la válvula para que pase a tener la conocida como antihielo, marcada con una letra T. Con ella los radiadores no se cerrarán por completo. Esto facilitará la circulación de agua y evitará que se hiele y provoque reventones en el mismo. Otra de las ventajas de esta medida residirá en el ahorro de energía que se conseguirá como resultado. Al poner una válvula en posición antihielo, el sistema no necesita gastar tanta energía para que la casa en la que está se mantenga a una temperatura elegida. Por eso consumirá menos energía. 

Cierre de la válvula

También, en caso de tener la calefacción conectada durante todo el día, es recomendable cerrar esta válvula con su cabezal cuando sea necesario abrir una ventana durante un tiempo. De otra manera, cuando entre aire frío en casa, no se activará la entrada de agua caliente en el radiador. En caso contrario, se derrochará energía de manera inútil, porque mientras no se cierre la ventana, será como si la calefacción no estuviera puesta. Solo cuando se cierre esta hay que devolver la válvula a su estado anterior, para que vuelva a entrar agua caliente al radiador y comience el caldeado de la estancia. 

Precauciones en verano, y cuidado al instalarlos

Aparte de hacerlo en invierno, en verano también hay que tener cierto cuidado con el sistema. En la mayoría de los casos, el sistema de calefacción estará desconectado. Pero por si acaso, por mera precaución, será necesario que el cabezal tenga seleccionado su máximo valor, que en el caso de los cabezales mecánicos será el 5. De esta manera, si el sistema está conectado por error, al estar seleccionada la temperatura máxima para que el agua entre a los radiadores, será complicadísimo que entre agua caliente en ellos. 

Por descontado, la instalación de un cabezal termostático, y de la válvula correspondiente, en un radiador, deberá siempre realizarla una empresa o instalador con experiencia y debidamente autorizado para ello. De otra manera, aunque pienses que eres un manitas y que puedes ahorrarte un dinero con su instalación, corres el serio y frecuente peligro de que haya algún problema durante el proceso y provoques una avería seria. La reparación de la misma seguro que sería más costosa que lo que te cuesta que la instalación la haga un profesional. Por eso, no lo dudes y ¡deja su instalación en manos de un experto!

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STH

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