Soluciones de eficiencia energética

Cómo lograr que mi vivienda tenga la calificación energética “A”

A la hora de hablar sobre la calificación energética o etiqueta energética en una vivienda, se hace referencia a una catalogación que muestra el nivel de sostenibilidad y ahorro energético que posee un edificio. Actualmente, la escala va de las letras A (calificación más alta) a la G (más baja). Es decir, la calificación energética A, junto con la B y la C tendrían una demanda menor de energía que el resto de categorías.

En STHexpert te contamos, a continuación, cómo conseguir una vivienda con una calificación energética A.

¿Cuánto se ahorra con una calificación energética A?

Para hacernos una idea, una vivienda con una calificación energética G tiene un gasto anual medio de 2.000 euros. Lo habitual en España es que la calificación sea la E, que supone un gasto de 1.000 euros. En caso de tener una calificación verde, el ahorro en la vivienda sería mayúsculo y beneficioso, tanto para la casa como para sus inquilinos. Y esta es la principal función que tienen las casas Passivhaus u hogares sostenibles, por ejemplo, que son eficientes y basta con realizar ciertas reformas.

Pero, aunque suponga un gran ahorro y conciencia ecológica, no todos los dueños de viviendas intentan mejorar su calificación energética. Ni siquiera solicitan la evaluación para conseguir una certificación a menos que sea un trámite obligatorio en caso de compraventa o alquiler de vivienda.

Formas para conseguir en una vivienda la calificación energética A

Si nuestro hogar tiene una baja calificación energética, podemos pensar que no existe la posibilidad de mejorar la situación. La realidad es que es posible, mediante cambios estructurales y de instalaciones dentro del hogar. A continuación, mostramos algunos de los cambios que se pueden realizar para tener una vivienda más ecológica y con certificación A.

Aislar de forma correcta la vivienda

Un aspecto importante a tener en cuenta de la energía es que esta se puede perder en un hogar si no está bien aislado. Por ello, es recomendable siempre realizar una revisión de puertas y ventanas. Algunos de sus componentes pueden estar dañados o existir grietas que produzcan el escape de energía (se puede perder hasta un 30% de energía). En caso de que existan, es conveniente solucionar el problema, ya que a la larga notaremos el ahorro.

Tener un sistema de calefacción eficiente y con calificación energética A

Según los datos obtenidos por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, junto con la IDAE, cerca del 50% de la energía consumida en una vivienda es para climatizarla. Por ello, si queremos mejorar la eficiencia energética en el edificio o vivienda, tenemos que asegurarnos que el consumo energético en calefacción no sea alto. Algunos de los complementos que podemos instalar consisten en un cabezal termostático para radiador y controlar la temperatura, una válvula de presión diferencial para la caldera o una válvula mezcladora termostática.

Todo ello independientemente de que utilicemos calderas con radiadores, estufas, bombas de calor o suelo radiante. Es necesario que todos estos equipos sean eficientes.

Pero si hablamos del uso más recomendable, para mejorar la eficiencia energética, es mejor instalar mecanismos de regulación (termostatos) para ajustar la temperatura ambiente según franjas horarias, apagar la calefacción de noche o no configurar el aparato para que dé una temperatura superior a 21 °C (se estima que, por cada grado que se aumenta, se gasta un 7% más en energía).

Utilizar modelos de electrodomésticos ECO

Muchos de los electrodomésticos actuales ya incorporan los mecanismos necesarios para ser más ECO. Todo lo contrario a los más antiguos, que tienen un consumo mucho mayor y con certificaciones que superan la letra E. Además, hay aparatos como el frigorífico que no pueden ser apagados, por lo que es necesario que estos tengan una certificación A para conseguir el mayor ahorro posible en energía.

También en pequeños electrodomésticos como secadores, planchas, etc. que producen calor, es conveniente escoger modelos eficientes y optimizar su uso. Por supuesto, no podemos olvidar el “consumo fantasma”, es decir, es el consumo energético de aparatos en standby como son el ordenador o la televisión.

Uso del agua

El agua potable que tenemos en el hogar también es una forma de energía que hay que cuidar y que podemos conseguir con una instalación de fontanería eficiente. A diario se derrochan miles de litros de agua, muchas veces de forma deliberada y sin un cuidado, como es bañarnos en lugar de ducharnos o limpiar los platos a mano cuando podríamos utilizar un lavavajillas con eficiencia A.

Además, también podemos regular el caudal de agua y que esta esté libre de todo tipo de impurezas que puedan suponer un mayor gasto del líquido. Un ejemplo de ello son es Grifería Clever, cuya gama cuenta con sistema Eco System, que incluye aireadores, mecanismo Cold Open, etc.

Iluminación LED con calificación energética A

Para mejorar la eficiencia energética, podemos instalar en el hogar luces LED o bombillas de bajo consumo. Tienen el beneficio de proteger el medio ambiente, ya que no incluyen en su composición mercurio ni materiales dañinos para el ecosistema. Además, no desprenden apenas CO₂, al contrario que las luces convencionales.

Podemos regularlas en intensidad mediante la domótica, por lo que podemos controlar cuándo encenderlas o apagarlas, programarlas o elegir la intensidad de la luz.

Siguiendo los consejos que te hemos dado en este artículo, podremos lograr tener un hogar más eficiente, incluso con calificación energética A, y así contribuir al ecosistema y ahorrar en la factura de la luz. Echa un vistazo a nuestros productos y consigue ser más eficiente.

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