Tanto en un domicilio particular como en una empresa, controlar y reducir los costos de energía es imprescindible. No sólo para ajustar en la medida de lo posible la factura del gas, la luz o el agua. También para cuidar el medio ambiente. Pero conseguirlo, no es tan evidente como parece en un principio.
No basta con apagar la luz, o rebajar el termostato de la calefacción. Hay que tomar medidas más drásticas y continuas para que los gastos en energía no solo se mantengan, sino también para que se reduzcan. Con el tiempo y algunos consejos, se puede lograr un ahorro en la factura que en la mayoría de los casos puede llegar al 20%. En otros puede incluso ser todavía mayor, y ocasionar una rebaja hasta el 50%. Pero ¿cómo lograrlo?
Controlar y reducir los costos de energía: vigilar y comparar
Lo primero que hay que hacer para saber la energía que se consume, y dónde se gasta más, es instalar equipos de medida. Sobre todo si donde quieres optimizar costes es en un negocio o en una fábrica. Para ello es necesario instalar equipos que se encarguen de monitorizar el consumo de energía en tiempo real, así como de analizarlo para ofrecer más detalles que tomar de base a la hora de decidir alguna medida. Además, si la instalación de estos equipos se realiza de manera correcta, puede llegar a servir para detectar averías por un aumento inusual en el consumo.
En el caso de necesitar controlar el gasto en calefacción y de que esta sea central, hay que asegurarse de que la caldera tenga un termostato para evitar que su temperatura suba por encima de lo necesario. También hay que instalar un medidor individual para cada una de las viviendas, oficinas o negocios que dependan de ella. De esta manera se puede controlar, en tiempo real, lo que se gasta.
En caso de que la calefacción sea individual, instalar un cabezal termostático en cada radiador ayuda a controlar su temperatura y poder regularla. Combinado con la llave termostática se podrá regular su temperatura para que no supere la adecuada. Además de contar con un mayor nivel de confort en todos los casos, se podrá ahorrar alrededor de un 10% en el consumo del gas.
Otro de los pasos a dar para controlar y reducir los costos de energía es controlar las tarifas de luz y gas de las operadoras es informarse de las distintas tarifas y ofertas que hay. Puede que estemos, sin saberlo, pagando unas tarifas mucho más elevadas que las que se puedan pagar con otra operadora. Si es así, conviene cambiarse para rebajar la factura.
Además, también puede que tengamos una potencia eléctrica contratada mayor que la que realmente necesitemos. Cuanto más es, más habrá que pagar en la parte fija de la electricidad. Pero para saber si tienes la potencia contratada, deberás conocer antes lo que consumen aproximadamente los aparatos que tengas instalados. De esta manera podrás saber si puedes rebajar la potencia sin problemas para que puedan estar funcionando varios a la vez o no.
Cambios en la iluminación: paso a LED
Uno de los pasos de más peso que se puede dar no sólo para controlar el gasto en luz, sino también para rebajarlo, es cambiar la iluminación. Concretamente, las bombillas convencionales, aunque sean de bajo consumo, por unas tipo LED. Con ellas el ahorro puede ser tan notable que la rebaja de la parte de consumo de la factura puede llegar a superar el 80%. Una buena forma de controlar y reducir los costos de energía.
Eso sí, hay que tener en cuenta que su precio es más elevado que el de las bombillas normales, pero a la larga salen más económicas. Entre lo que permiten ahorrar en la factura y que duran más que las bombillas que se utilizaban hasta su aparición, en muy poco tiempo dejarás de pensar en ver su precio como un gasto para hacerlo como una inversión. Además, en los últimos tiempos, su precio ha ido bajando progresivamente.
Además de esto, la instalación de bombillas LED tiene otras ventajas adicionales. Este tipo de bombillas proporcionan una iluminación más eficaz y de mayor calidad. Las bombillas LED, además de tener una duración más elevada, rara vez oscilan o parpadean. Y la luz que proporcionan es muy agradable. Esto incide en una mayor concentración a la hora de trabajar o realizar cualquier actividad que precise luz artificial. A mayor productividad, antes se termina la tarea, por lo que se deja antes de necesitar luz, y también se ahorra más.
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