El BIM está ganando espacio gradualmente en los diversos sectores de la construcción. Aunque no todos los técnicos están familiarizados con esta tecnología, su utilización no deja de expandirse. En la actualidad, su uso es ya obligatorio en todas aquellas construcciones y proyectos de financiación pública. Si no conoces la normativa BIM y sus aplicaciones, te contamos cuál ha sido su evolución hasta hoy.
¿Qué es BIM?
El concepto BIM, o Building Information Modelling, es una metodología de trabajo colaborativa que se utiliza para la creación y la gestión de edificaciones. A través de esta, todos los datos relativos a un proyecto de construcción pueden centralizarse en cualquier etapa del proceso, al formar parte de una base de datos inteligente y estructurada en un modelo digital de 3D. No obstante, las dimensiones que se utilizan llegan hasta las 7.
Dicha base de datos permite, además, que desde un mismo archivo pueda verse todo el edificio y sus plantas, secciones, axonometría y demás puntos de vista. De esta manera, todos los miembros y agentes participantes en los proyectos, ya sean los ingenieros, constructores, arquitectos o clientes, entre otros, trabajan colectivamente y puedan crear, consultar, modificar y actualizar la base de datos.
Este intercambio de información técnica tiene lugar a lo largo de todo el ciclo de vida de un edificio. Es decir, desde su programación y construcción hasta su renovación o demolición. El resultado es una gestión dinámica y eficaz que logra reducir los costes de las operaciones y una mayor optimización del tiempo.
Normativa BIM actual
Durante la última década, el uso de esta metodología se ha incrementado, y Reino Unido y los países escandinavos se sitúan a la cabeza en su implementación. Y más allá de Europa, su uso crece también en Asia, Turquía, Canadá, Australia y Sudamérica. En esta última región, con un gran potencial de crecimiento. De acuerdo con el Boston Consulting Group, se estima que para 2025, la digitalización a gran escala generará un ahorro entre un 13 % y un 21 % en las fases de diseño y construcción. Mientras que para la fase de operaciones, se sitúa entre un 10 % y un 17 %.
Desde Europa, la Directiva Europea de Contratación Pública 2014/24/UE, en su artículo 22, hacía ya referencia a la introducción de herramientas de modelado electrónico y de información en las construcciones, para abrir la posibilidad de que los Estados miembros pudieran exigir su uso.
En lo que respecta a nuestro país, la actual normativa BIM se inició con el Ministerio de Fomento. Este, en 2015, creó la comisión esBIM con diversos agentes que procedían tanto del sector público como privado. La finalidad era la de establecer una hoja de ruta y un calendario para la implantación de la metodología. Así como promover su uso en el ámbito docente y profesional. En 2018, se creó el Real Decreto 1515/2018 de 28 de diciembre recoge la creación de la Comisión Interministerial y la incorporación de la metodología BIM en la contratación pública.
Hoy en día, su uso es obligatorio en todas las construcciones y proyectos que tengan financiación pública. Desde 2019, todos los proyectos de más de dos millones de euros de edificación y que se realicen con financiación pública, deben estar implantados en BIM. Y ya en 2020, los objetivos eran que todos los equipamientos e infraestructuras públicas se realizaran siguiendo la normativa BIM, en cualquier de sus fases y tanto en proyectos de obra nueva como en los de rehabilitación.
Evolución del BIM y ventajas
Desde la creación del observatorio BIM en 2017, y de acuerdo con los datos disponibles sobre la evolución BIM desde esa fecha hasta el primer semestre de 2019, la evolución del BIM en nuestro país muestra que no ha dejado de crecer su implantación, de una forma casi exponencial. Durante el primer semestre de 2019, se publicaron casi el mismo número de licitaciones que durante todo el año 2018. Esto supone un 38% del total acumulado de licitaciones registradas desde 2017. En términos de inversión, durante el primer semestre de 2019 se licitaron 843,3 millones de euros.
Este éxito se debe a que el diseño de los modelos en varias dimensiones, entre las que actualmente ya figuran los costes y el factor tiempo, incluye múltiples elementos. Además de los puramente geométricos, como los conjuntos de líneas, puntos o arcos de circunferencias, figuran también las puertas, ventanas, instalaciones y terrenos, entre muchos otros. De esta manera, toda la información asociada a un objeto, sus propiedades y características quedan guardadas en bases de datos relacionales. De este modo, es mucho más sencillo obtener información sobre el diseño, mediciones, presupuestos y demás elementos.
Al estar implicados todos los agentes del proyecto en un mismo soporte, los beneficios son múltiples. Por ejemplo, trabajo colaborativo, mejor diseño, ahorro de tiempo, detección de problemas antes y durante la construcción, control de los costes de construcción y mejora de la calidad de la construcción. Por otra parte, trabajar en sintonía también facilita el cumplimiento de los plazos de entrega y de los objetivos por timings.
Como técnico, puede ser que aún no conozcas muy bien la normativa BIM. Sin embargo, a medida que la tecnología gana terreno, aumenta la importancia de conocerlo. De ahí la necesidad de aprender metódicamente sobre el BIM para entender sus problemas y su principio de funcionamiento, pero también para prepararse técnicamente. Para descubrir la tecnología desde todos los ángulos, echa un vistazo a la biblioteca de Standard Hidráulica.
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