Para conseguir edificios más sostenibles tenemos que cambiar la forma de construir y el uso que le damos a estos. El uso de nuevos materiales y soluciones que sustituyen o complementan los tradicionales es fundamental para conseguir una construcción sostenible.
Tenemos que acercarnos a edificios de consumo nulo y casas pasivas que permiten un ahorro de energía, pero sin reducir el nivel de confort del usuario final. Hay que encaminarse hacia un futuro más sostenible, reduciendo los niveles de contaminación y a través de una economía circular mitigar el impacto que ejercemos sobre el medioambiente.
El sector de la construcción directa o indirectamente provoca el 38% de las emisiones de CO2. Hay que buscar soluciones y estrategias para conseguir la descarbonización del planeta y apostar por la eficiencia energética en los procesos que afectan en la construcción de viviendas. Según IDAE, en España, el sistema de calefacción y refrigeración de nuestros edificios corresponde casi al 40% del consumo total de energía y el 17% el consumo de ACS.
Los Fondos Europeos Next Generation EU tendrán como destino iniciativas, fundamentalmente, de una de estas tres áreas: sostenibilidad, digitalización y equidad y cohesión. Dentro de las primeras, están especialmente contempladas las acciones encaminadas a soluciones de mejora de la eficiencia energética en viviendas de todo tipo. Por tanto, habrá ayudas para proyectos de reforma de viviendas y edificios encaminados a mejorar su eficiencia energética, y también a la instalación y actualización de placas solares para el autoconsumo, entre otros.
Se estima que el 90% de las viviendas en España están construidas antes de la entrada en vigor del Código Técnico de Edificación (CTE) y el 60% antes de que existiera ninguna normativa de eficiencia energética. Los fondos Next Generation pueden impactar directamente en la ejecución de un salto adelante del sector español de materiales para construcción.
La industria de materiales realiza grandes esfuerzos en sus departamentos de I+D+i para desarrollar productos que reduzcan la huella ambiental de sus productos, en línea con la demanda del mercado. El objetivo es innovar con productos que reduzcan el consumo energético, en sectores como la climatización, o reduciendo el consumo de un bien tan preciado como el agua, en las instalaciones de ACS.
Para conseguir edificios sostenibles debemos mejorar el aislamiento térmico, estar protegidos de la radiación solar, ser capaces de gestionar eficientemente el agua, reducir la demanda de iluminación y mejorar la calidad del aire, manteniendo el nivel de confort del usuario. Sin olvidar el entorno que rodea estos edificios. De forma que podamos mitigar el cambio climático.
Hay que actuar de manera sostenible por el bienestar en nuestros hogares. El agua y la energía están en el centro de las preocupaciones de todos. Su gestión inteligente es un elemento clave del bienestar colectivo e individual. Hay que buscar soluciones para instalaciones térmicas y sanitarias que actúen en el corazón del edificio.
Para mejora de la eficiencia energética en las viviendas tenemos que minimizar el consumo de energía. A la hora del diseño de las instalaciones, hay varios elementos que contribuyen a mejorar la eficiencia energética de los edificios y reducir el consumo de un bien escaso como es el agua.
En las instalaciones de climatización, debemos seleccionar sistemas de producción de ACS, calefacción y climatización eficientes. Es básico realizar un correcto equilibrado hidráulico, el sistema de suelo radiante es el sistema de calefacción más eficiente y compatible con fuentes de energía renovables, contribuyendo no solo a mejorar el ahorro y la eficiencia energética, sino que también al confort de los usuarios.
También tenemos que limitar el consumo de recursos naturales como puede ser el agua. En este sentido se aconseja utilizar grifería para baño y cocina con apertura en frío o con limitador ecológico de caudal máximo.
Utilizando las soluciones y tecnologías adecuadas, podemos ahorrar hasta un 25% en la factura de energía. Una de las medidas más rentables para reducir la demanda energética es optimizar los sistemas de calefacción, ventilación, refrigeración y agua sanitaria.
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