En las instalaciones de gas, además de comprobar que una vez finalizada esta, se presta el servicio deseado, esto es, el suministro de gas, hay que adoptar diversas medidas de seguridad. Con ellas se busca tanto evitar fugas, como deflagraciones o problemas en el funcionamiento de la instalación. Estas medidas son bastante variadas, y muchas incluyen la instalación de elementos de control y seguridad.
Uno de estos elementos de seguridad es el limitador de caudal. La utilización de este elemento está indicado en la norma UNE 60670-3:2014 como una necesidad de incorporar en las instalaciones, un dispositivo de seguridad para minimizar la posibilidad de una explosión o agravantes provocados por el fuego, en caso de incendio. Este limitador se puede colocar en distintos puntos de la instalación. Según la distribución de la instalación, se coloca en la acometida, en el contador de gas y en la llave de paso de las cocinas o encimeras. En concreto, en el racor de conexión o en la misma válvula. El dispositivo de exceso de caudal se encarga de controlar el paso del gas a la instalación de la vivienda o al local que da servicio.
¿Porqué un limitador de caudal?
Como su propio nombre indica, la misión de un limitador de caudal es limitar o controlar el paso del gas. Pero solo si es necesario. Para ello, este elemento está siempre controlando el estado de la instalación. Y en caso de que haya una demanda excesiva de gas, lo que puede indicar un problema o una avería, corta el suministro del mismo.
Lo mismo sucede si se detecta una avería o cualquier otro tipo de incidencia que suceda de repente. Ante esto, y debido a la posibilidad de que una incidencia grave pueda llevar a un fallo o incluso a una explosión, el limitador cortará el paso del gas.
Entonces, la instalación deja de recibir gas, y se evita cualquier problema derivado de escapes o roturas. Y así se puede proceder a su reparación con tranquilidad, y sin peligro de que la presencia de gas en una instalación con problemas pueda ocasionar una deflagración o un escape.
Limitador en la llave de paso de las cocinas
Las llaves de conexión a aparatos de cocción domestico deben incorporar un limitador de exceso de flujo de 1,5 m3/h, cumpliendo con la norma UNE 60719. Todas las piezas en contacto con el gas están fabricadas con materiales resistentes a la corrosión, y con un rearme automático.
Funcionamiento del limitador de exceso de caudal
El limitador estará instalado, como hemos mencionado, en el contador de gas o en la válvula de paso a las cocinas, a la salida de los mismos.
Esta se encarga de detectar si hay aumentos de caudal de gas generados por una rotura en la tubería en la que está instalada. Cuando el volumen de gas que circula por ella es normal, está abierta y deja pasar el gas con normalidad.
Pero si la situación cambia y la válvula detecta un cambio en el volumen de gas que circula, cambiará su posición. Entonces, si el caudal de gas es mayor que el valor que está fijado en el dispositivo, la válvula se cerrará automáticamente. El paso del gas a la instalación afectada quedará cortado. De igual manera que sucede con los limitadores de caudal instalados en el contador de gas, el cierre de la válvula impide que, por roturas en las tuberías de conexión o por otro tipo de problema o fallo, se produzca una explosión.
Este cambio de posición de los limitadores de caudal se debe a una diferencia de presiones que permiten el cierre y bloqueo del paso del gas. Ante el aumento del caudal de gas, sube la presión, se desequilibran las presiones en los lados del dispositivo, así, se mueve hasta bloquear el paso.
El resorte del dispositivo de exceso de flujo está totalmente protegido por el flujo de gas, evitando que esté en contacto con las impurezas que, con el tiempo, podrían alterar su correcto funcionamiento. Por la misma razón, incluso el agujero de purga está protegido, cuando la válvula está abierta.
Cuándo se abren otra vez los limitadores de caudal
Los limitadores de caudal en instalaciones de gas se rearman automaticamente, sin la intervención de un tercero. Estos dispositivos, como hemos visto, están preparados para abrirse o cerrarse en función de las condiciones de la instalación en las que funcionan.
El dispositivo insertado en el sistema está inactivo (figura 1) hasta que el flujo llegue a la presión P1 preseleccionada. Tan pronto como el valor del caudal P1 alcanza el valor seleccionado debido a cualquier causa accidental, el dispositivo cierra al instante (figura 2).
Por tanto, una vez reparada la avería, el aumento de presión que hace cerrarse a los limitadores y las válvulas encargadas de bloquear el paso del gas desaparece. En cuanto se ha eliminado la causa que provoca el cierre del limitador, el sistema se restablece automáticamente a través de un pequeño taladro en la válvula, que crea un equilibrio entre la presión de aguas arriba y aguas abajo con la purga VL. El gas volverá a circular con normalidad dentro de las tuberías.
En definitiva, un limitador de caudal, independientemente de en qué punto de la instalación de gas esté colocado, es un mecanismo de seguridad. Con él, dado que se cierra cuando detecta un aumento del volumen de gas por encima de lo establecido, se protege la instalación de averías y deflagraciones. Por lo tanto, mejora la seguridad y ofrece tranquilidad.
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