El gas natural es uno de los sistemas más utilizados para dotar de agua caliente y calefacción a todo tipo de viviendas, empresas, locales y oficinas. Eso sí, para que sea posible utilizarlo hay que instalar un circuito adecuado para ello. Esta instalación de gas natural será la encargada de llevar el gas natural desde la acometida de entrada al espacio en el que se quiere instalar el sistema, a las diferencias estancias del espacio que se encargará de caldear.
Esta instalación de gas natural, que siempre tiene que instalar una empresa experta en ello, tiene siempre unos elementos comunes y destacados, sin los cuales no es posible que funcione la calefacción o el agua caliente (o ambos). A continuación, te mostramos cuáles son estos componentes más destacados y cuál es su función.
Instalación de gas natural: contadores
Todas las viviendas que cuenten con suministro de gas natural tendrán una acometida de gas natural en las ubicaciones en las que haya suministro. Esta dará a una zona en la que se ubicará el contador del gas, previa a la instalación principal. El contador estará generalmente apartado, aunque no debería estar en un nivel inferior al primer piso de un sótano de la casa.
Lo mismo sucede en los bloques de viviendas con varios pisos. En estos casos, la acometida de gas natural será general para toda la finca. Estará conectada con los contadores del gas para cada domicilio. En la mayoría de edificios estos contadores se colocaron de manera centralizada cuando se instaló el gas. No obstante, hay otras casas más antiguas en las que el contador está a la entrada de la acometida de cada vivienda, separado de los demás.
No obstante, en todos los edificios de nueva construcción es obligatorio centralizar los contadores del gas, con el totalizador colocado a una altura máxima de 2,20 metros. O de 2,40 metros si hablamos de módulos prefabricados para su instalación. Los contadores del gas natural están generalmente en un recinto cerrado e independiente en el sótano de cada edificio.
El recinto en cuestión estará acondicionado para este tipo de contadores, y los vecinos del bloque, así como los técnicos e inspectores del gas, deben poder acceder a dicho espacio sin problemas. Desde cada uno parte la tubería que llevará el gas natural a cada una de las viviendas, oficinas y empresas del edificio.
Llaves de paso y tuberías de entrada
En una instalación de gas natural también juegan un papel destacado las llaves de paso. Hay varias, y la general es la que da acceso a todo el edificio. Se puede abrir o cerrar según sea necesario, y al cerrarla se corta el suministro de gas a todo el edificio en el que está instalada. Se coloca antes de los contadores individuales de cada abonado, que deben estar correctamente identificados con el número de piso que controlan. En el caso de que sea una vivienda unifamiliar, no será necesario contar con otras llaves generales de paso que la principal y la de entrada a la caldera.
Después de los contadores, ya en las tuberías de cada abonado, se encuentran las llaves de paso que dan suministro de gas a cada abonado, o lo cierran, según esté la llave cerrada o abierta. Estas llaves suelen estar bastante más accesibles para los vecinos y empresas de cada piso que regulan. Generalmente, se encuentran en la entrada de la cocina de cada vivienda.
En cuanto a las tuberías, la general suele ir, al menos durante un trecho, bajo tierra, y oculta a la vista una vez que entra en una vivienda hasta llegar al espacio donde están los contadores. Después, las tuberías de cada vivienda o espacio suelen ir por la fachada del edificio. En caso de que haya un patio interior también pueden ir por él.
Estas tuberías no irán «sueltas» ni sin agarres. Tienen que estar fijadas a elementos del edificio que sean sólidos. Por ejemplo, a las paredes. Para que queden bien fijados deben utilizarse elementos de sujeción adecuados. Además, hay que tener en cuenta que cada tubería debe guardar una cierta separación de la siguiente.
Es decir, hay una distancia mínima para la colocación de las tuberías que llevan el gas del contador a cada vivienda, oficina o empresa del bloque. Y entre estas tuberías y otras de suministro de otros elementos, como agua o electricidad: tres centímetros. En cualquier caso, estas tuberías no pueden ir por los huecos del ascensor. Tampoco por huecos de chimeneas o evacuación de basuras. Ni por forjados de los suelos. Estas tuberías deben estar fabricadas en un material que no sufra daños por el transporte del gas. Generalmente, son de cobre.
En ocasiones, las tuberías están enfundadas en vainas y otros elementos, como pasamuros. Generalmente, cuando van bajo tierra o por el interior de paredes. Estos también serán de un material adecuado para no sufrir deterioros, como metales o plásticos rígidos.
Instalación en el interior de cada vivienda u oficina: caldera
La entrada de cualquier instalación de gas a cada vivienda de un edificio está compuesta de una tubería de diámetro bastante pequeño. De ella parte otra, que lleva el gas hasta la cocina y el horno, en caso de que ambos elementos funcionen mediante gas natural. Pero si la cocina y/o el horno son eléctricos, esta acometida no existirá. La otra parte de la tubería, la principal de entrada irá hasta la cadera de gas. Pero antes de la entrada a ella hay otra llave de paso, que permite cerrar o abrir el gas cuando sea necesario. Así, si por ejemplo vamos a pasar un tiempo fuera, se puede cerrar esta tubería para que no llegue gas a la vivienda.
La caldera de gas natural es la que se encarga de, gracias al gas, calentar el agua que llevará a los grifos y a la ducha. En caso de contar con calefacción por gas natural, cuando se active, también de calentar el agua que circulará por las tuberías que van a los distintos radiadores de la instalación de gas natural. De la caldera salen otras tuberías, que van al circuito de agua caliente de la instalación.
Otro elemento imprescindible de la instalación de gas natural son las rejillas de ventilación. Dado que la caldera suele estar en la cocina, es ahí donde se encuentran estas rejillas. Están ligeramente abiertas al exterior. Así, si hay un escape de gases puedan salir fuera de la cocina o la instalación en la que se encuentran sin mayores problemas. De esta manera se minimiza el riesgo de explosión en caso de escape.
Estas rejillas, generalmente rectangulares, y metálicas o de PVC, son siempre dos. Una se coloca a ras de suelo y otra paralela a esta, pero muy cerca del techo. Ambas dan acceso al exterior, y tienen una tapa de ventilación tanto en el interior de la vivienda, que tapa el hueco pero deja respiración, como en el exterior.
Tuberías y radiadores de la instalación de gas natural
Los últimos componentes principales de una instalación de gas natural son las tuberías que llevan el agua y los radiadores, en caso de que la calefacción sea de gas natural. Todas ellas salen de la caldera, y en el caso de las tuberías del circuito de calefacción también regresan a ella.
El circuito de agua caliente, que generalmente está comunicado con el de calefacción, va desde la caldera a los grifos de agua caliente de la cocina y el baño. Así, cuando se selecciona la opción del agua caliente en el fregadero, lavabo, bidet o ducha, la caldera se enciende y calienta el agua. En unos instantes empieza a salir en unos instantes a la temperatura deseada. La parte del circuito que no va a
Las tuberías suelen ir por el suelo y por las paredes. Suelen estar fabricadas en un material que no sufre ni por el contacto con el gas ni por la acción de los elementos exteriores que están en contacto con ellas. La salida para conectarse con los radiadores se puede producir a través de la pared, o bien desde el suelo. Todo depende de la obra que haya que realizar para ello y sobre todo, si la instalación se hace en un edificio de nueva construcción o en una vivienda que se está reformando de forma integral.
Antes de la entrada a cada radiador, hay un regulador que se encarga de controlar el paso del agua caliente al radiador. Se puede cerrar por completo, abrir del todo o solo en parte, si no se quiere soltar todo el flujo de agua al radiador.
Los radiadores de una instalación de gas natural se colocan prácticamente en todas las ocasiones en la pared. Pueden ser de diferentes anchuras, para lo que constarán de más o menos módulos. Hay radiadores de distintas potencias caloríficas, así que, si tienes que instalarlos nuevos, o cambiar alguno, conviene que te informes de las distintas posibilidades que hay para ellos.
Eso sí, en cualquier caso, no se ponen pegados a la pared, sino que hay que dejar un cierto espacio de separación entre el radiador y la pared. De esta manera el calor podrá expandirse, y no se dañará ni la pared ni el radiador. En la parte inferior del último módulo de cada radiador habrá una válvula. Esta se puede abrir para purgar los radiadores y dejar salir el aire que pueda obstaculizar el normal funcionamiento del circuito, e impedir que se calienten los radiadores.
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