En determinadas viviendas, hay un problema con el sistema de calefacción cuando este funciona con radiadores alimentados con agua caliente a través de un circuito. Los radiadores que se encuentran al principio de dicho circuito reciben mucho calor. Pero, a medida que los radiadores van quedando más alejados del principio del circuito, se va notando menos calor en ellos. Así, hasta llegar a los más alejados, que incluso puede que no calienten apenas. Cuando esto sucede, es necesario un equilibrado hidráulico para acabar con este problema.
El reparto desigual del calor en un circuito no solo puede darse en un sistema de calefacción individual. De hecho, en las instalaciones de calefacción central, sobre todo en las más antiguas, es una fuente importante de problemas. Ahora ya no es tan frecuente esta situación, pero seguro que en alguna ocasión has estado en un bloque de viviendas con calefacción central en el que en los primeros pisos había que estar con ropa de verano en pleno invierno, e incluso con las ventanas abiertas, mientras que en los últimos hacía hasta frío. El equilibrado hidráulico es la solución a este problema, también para la calefacción central.
¿Qué es el equilibrado hidráulico?
El equilibrado hidráulico de un sistema de calefacción es, sencillamente, la regulación del sistema para que el agua caliente se distribuya de manera óptima y uniforme por toda la conducción. De esta forma, a los radiadores más cercanos a la caldera o el elemento emisor del calor les llegará el mismo caudal de agua caliente que a los radiadores del final del circuito. Todos los radiadores de la calefacción, o todos los puntos de una tubería de un sistema de calefacción por suelo radiante, estarán a la misma temperatura. El mismo concepto se aplicaría para una instalación de refrigeración.
La realización de un equilibrado hidráulico puede llevarse a cabo mediante la instalación de válvulas termostáticas que pueden ajustarse según las necesidades de cada circuito. De esta manera, cada radiador recibirá el flujo de agua caliente que necesita para calentarse. Sin excesos. Así, el siguiente radiador también recibirá el agua que necesita para dar calor, y no menos, porque el anterior se quedó con agua de más. Y así sucesivamente. En un sistema de calefacción de suelo radiante, la regulación se realiza a través del caudalímetro en el colector, consiguiendo el caudal de agua adecuado y la temperatura seleccionada.
Solo con la instalación de estas válvulas en el circuito, el resto de componentes del mismo se ajustarán de manera automática. Los radiadores, las válvulas de equilibrado o las tuberías, funcionarán de manera que el agua se reparta de manera uniforme.
Ventajas de un equilibrado hidráulico en un circuito de calefacción o refrigeración
Además de permitir alcanzar un mayor nivel de confort térmico en las viviendas, un equilibrado hidráulico del sistema de calefacción o refrigeración tiene varias ventajas más. Una de ellas es la mejora de la eficiencia energética del sistema. ¿A qué lleva esto? A un consumo menor de energía, y por tanto a una reducción del gasto de agua y del gas o la electricidad utilizado para impulsar el sistema. La factura del agua y el gas o la luz también lo notará, ya que el descenso en el consumo comportará una bajada de la factura. Rebaja que además será notable, ya que en algunos casos puede llegar a alcanzar el 15% o el 20%.
En los sistemas en los que no se ha efectuado un equilibrado hidráulico también se suelen producir ruidos. Especialmente en las válvulas. Pero si el sistema cuenta con elementos que se encargan de regular el flujo de agua caliente por el circuito, se eliminan los ruidos porque el agua se reparte de forma uniforme. Además, tampoco será necesario estar continuamente ajustando otros elementos del sistema para intentar corregir y subsanar el problema. El funcionamiento del circuito quedará controlado solo con un equilibrado hidráulico.
Pasos previos
A pesar de lo sencillo que parece ajustar el sistema de conducción de agua caliente de un circuito de calefacción, no lo es en absoluto. Por eso, esta operación debe realizarla un técnico experto en instalación y mantenimiento de sistemas de climatización. Pero antes de hacerlo, es necesario que el técnico o la empresa que se va a encargar de realizar la operación realice una valoración del sistema.
Para ello, tiene que realizar un estudio del circuito de calefacción / refrigeración. Deberá examinar su funcionamiento en todas las estancias de la vivienda que tiene el problema de reparto de agua en el circuito. Además, se encargará de estudiar la demanda de calor que hay en cada una, y de comprobar la potencia que pueden alcanzar en cuanto a calor los radiadores y otros emisores de calor del sistema.
Una vez hecho esto, el técnico se encarga de calcular la temperatura más adecuada que puede y debe alcanzar como máximo el sistema, así como el nivel de agua que debe llegar a cada radiador, o punto del circuito, para poder alcanzarla. Una vez hecho esto, ya tiene todo lo que necesita para poder determinar cómo llevar a cabo el equilibrado hidráulico.
Válvulas para el equilibrado hidráulico
Una vez se dispone de todos los datos necesarios sobre la instalación, temperaturas o nivel de agua, llega el momento de instalar las válvulas que permitirán el equilibrado hidráulico. Estas han de colocarse en puntos estratégicos y concretos, desde los que puedan encargarse del equilibrado del flujo de agua por el circuito.
En función de las necesidades y las características de cada circuito, se podrá instalar un tipo de válvulas determinado, de entre los tres disponibles: de equilibrado estático, de equilibrado dinámico o de equilibrado térmico.
Válvulas de equilibrado estático
Este tipo de válvulas para equilibrado hidráulico son de tipo manual. Con ellas en el sistema, se produce el ajuste del caudal de agua que circula por el circuito, siempre tomando como base el nivel de carga completa de agua de la red. Estas válvulas no están recomendadas para todas las situaciones o circuitos. Pero sí para instalaciones de dimensiones ajustadas y para bloques de viviendas o de oficinas con columnas ascendentes. También para instalaciones de calefacción monotubo.
En cuanto al tipo de instalación para el que son adecuadas, pueden instalarse en circuitos de calefacción con radiadores. También para los que se utilizan en instalaciones calefactoras de suelo radiante. No presentan prácticamente inconvenientes, aunque sí uno que quizá retraiga de su instalación en determinados circuitos: no son capaces de eliminar o rebajar el ruido que puede haber en el sistema de calefacción.
Válvulas de equilibrado dinámico
Este tipo de válvulas para equilibrado hidráulico se caracterizan por contar con un sistema automático para la regulación del caudal de agua. Una vez instaladas en los puntos del circuito elegidos por el técnico, se encargan de que el caudal de agua caliente o fría en el circuito de calefacción o refrigeración sea siempre constante. Sin que aparezcan variaciones en él, aunque haya cambios de presión. El equilibrado en estos casos es muy preciso y más rápido que con otras válvulas. De esta manera, se consigue un menor consumo de energía, y por tanto un ahorro en la factura.
A diferencia de lo que sucede con las válvulas de equilibrado estático, las válvulas de equilibrado dinámico sí son capaces de acabar con los ruidos y sonidos extraños que se producen en el sistema. Habitualmente, se instalan en circuitos en los que se producen cambios en la presión con bastante frecuencia, sobre todo en edificios de cierta envergadura con calefacción central, y son algo más caras que las válvulas de equilibrado estático. Otro punto a su favor es el menor tiempo utilizado a la hora de la puesta en marcha de la instalación.
Válvulas de equilibrado térmico
Las válvulas de equilibrado térmico se diferencian de las de equilibrado hidráulico en que no utilizan el nivel del caudal de agua como base para el control del reparto optimizado en el sistema de calefacción o refrigeración. En vez de eso, se encargan de regular el reparto del agua caliente sanitaria (ACS) mediante el control de la temperatura. Están pensadas para conseguir que la temperatura en cada uno de los distintos ramales del sistema sea constante, y con base en eso repartan el agua por los distintos puntos del circuito.
La temperatura a la que la válvula mantendrá el sistema quedará asignada en el momento del encendido, según el ajuste de la misma cuando se encienda la caldera. Mientras la caldera esté encendida, con una válvula de este tipo se asegura de que el agua esté en circulación permanente por sus tuberías. También de que la temperatura no baja en ningún momento de un valor mínimo cuando el ACS esté circulando.
Aparte de esto, la válvula también se encarga de controlar el nivel que tiene el caudal en todo momento. También cuando el agua ya se ha enfriado, y vuelve a la caldera para calentarse de nuevo. De esta manera, el sistema no experimentará sobrecargas de agua. Todo esto, al mismo tiempo que logra que llegue un nivel de caudal más adecuado para el calentamiento del sistema a las zonas del circuito a las que antes de instalar las válvulas para el equilibrado térmico no llegaba el agua suficiente para calentar.
En cualquier caso, como hemos visto, solo un experto puede realizar un equilibrado hidráulico o térmico del sistema. Por tanto, si tu circuito de calefacción o ACS no calienta por igual, y el más alejado de la caldera está más frío que el más cercano a ella, puedes solucionarlo contactando con un técnico o empresa experta en equilibrado hidráulico.
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