Con el verano llega el calor, y con él la necesidad de encender el aire acondicionado para disfrutar de una temperatura confortable en el interior de todo tipo de espacios. Normalmente, el aire acondicionado solo se utiliza unas semanas en época de calor, pero eso no quiere decir que haya que desentenderse de él el resto del año. Para evitar sustos y averías, lo más recomendable es realizar un mantenimiento del aire acondicionado durante todo el año.
Además, conviene reforzar las tareas de mantenimiento unos días antes de que comience el verano, para evitar que cuando pulsemos el botón de encendido cuando empiece a subir la temperatura el aire acondicionado no funcione y pasemos calor. También hay que recordar tomar una serie de medidas cuando termina la temporada y dejemos de utilizarlo. Pero en general, las tareas de mantenimiento deben repetirse durante todo el año. No son muy complicadas, y hay varios trucos y tareas que, si las pones en práctica, evitarás sustos, trabajar de mas y gasto innecesario de dinero. A continuación tienes varios consejos para mantenerlo siempre a punto.
Cambia y limpia los filtros del aire acondicionado
Los filtros del aire acondicionado deben cambiarse cada varios meses, pero todo depende del uso que se de al aire. Si se utiliza durante mucho meses, pues sí es necesario sustituirlos cada pocos tiempo. Si solo se usa unas pocas semanas al año, pueden cambiarse cada par de años. Eso sí, para eso habrá que limpiarlos cada pocos meses. De esta manera conseguirás que estén en buen estado y conseguirás alargar unos meses su vida útil.
El cambio de los filtros del aire acondicionado, así como su extracción para limpiarlos, es un proceso bastante sencillo y rápido. En general no ofrece complicaciones, pero hay que extraerlos y colocarlos con precaución para no romper los enganches que los mantienen en su sitio. Ni los de la unidad ni los de los propios filtros. Su limpieza tampoco es complicada, y basta con agua y jabón para retirar las impurezas y suciedad que tengan.
No obstante, por mucho que se limpien, cada cierto tiempo hay que renovarlos, y así el aire en el interior de la estancia en la que esté el aparato de aire acondicionado será de mejor calidad. También se evitarán malos olores y otro tipo de problemas. Por ejemplo, una climatización deficiente, así como el recalentado del compresor de la unidad, lo que puede llevar a su rotura.
En el caso de que el sistema de aire acondicionado que esté instalado sea de conductos, es aconsejable que tanto la limpieza de los filtros como su sustitución lo lleve a cabo una empresa especializada en el mantenimiento de este tipo de sistemas de aire acondicionado. Por la situación de los filtros y la dificultad que suele entrañar el acceso a ellos, es mejor que se encargue de ello personal con experiencia en este tipo de sistemas.
Comprueba el estado de la unidad exterior
Cuando se realizan tareas de mantenimiento del aparato de aire acondicionado es habitual olvidarse de su unidad exterior. Pero para evitar problemas de funcionamiento también hay que revisarla. Para empezar para cerciorarse de que no está bloqueada por algo que haya caído sobre ella o que han colocado demasiado cerca de su frontal. Si la unidad no tiene suficiente sitio para que el aire caliente que expulsa la unidad salga sin obstáculos, el condensador del aire se puede llegar a bloquear.
Cada vez que finalice la temporada del aire acondicionado es aconsejable limpiar a fondo la unidad exterior y el condensador. Los ventiladores exteriores también han de repasarse cada varias semanas, para evitar atascos y otros problemas.
Revisa el nivel del gas
A veces, aunque parece que el aire acondicionado no tiene ningún problema, parece que enfría menos de lo que debería. O bien, de repente, empieza a gotear en el interior de la casa. Pero tras revisar la salida del agua y la unidad exterior, aparentemente no hay motivo para que esto suceda. Pero sí lo hay. En muchos casos, lo que sucede es que el aire acondicionado se ha quedado sin gas, lo que hace que su funcionamiento sea deficiente.
Aunque el sistema funcione bien, si tiene ya unos cuanto años, puede que el gas que hay en el sistema y que permite que el aire enfríe correctamente, haya bajado de nivel. Incluso puede que se haya agotado. Entonces será necesario llamar a un técnico para que inyecte gas en el sistema y vuelva a emitir aire frió, acabando con los goteos. Eso sí, si pasado muy poco tiempo el aire vuelve a no salir todo lo frío que debería, y regresan los goteos, puede que el sistema tenga escapes.
En ese caso, será necesario llamar de nuevo al técnico y, si el problema es grave, cambiar el aparato de aire acondicionado. En algunos modelos de sistemas de aire acondicionado es posible acceder a los niveles del aire y comprobar su estado para saber si hace falta rellenarlo. Pero no es la norma habitual.
Por eso es conveniente contratar los servicios de un técnico para que haga una revisión a fondo del sistema de aire acondicionado cada cierto tiempo. En general, con una vez al año será suficiente. Se encargará, entre otras cosas, de revisar el nivel de gas que tiene el sistema y, si es necesario, de rellenarlo. Pero no es la única actividad que puede realizar el técnico, ya que también se puede ocupar de limpiar a fondo diversos elementos que no puedas limpiar tú. Por ejemplo, los conductos del aire. De esta manera evitarás atascos, averías y un mal funcionamiento con una inversión no demasiado elevada.
Revisa la instalación eléctrica y los accesorios
En ocasiones, una instalación eléctrica defectuosa puede ocasionar una avería de los sistemas que están conectados a ella. Por tanto comprueba que los cables del sistema de aire acondicionado, así como los enchufes, están en buen estado. De otra forma, un cable o un enchufe en mal estado puede derivar no solo en averías, sino también en incidentes bastante desagradables. También en un consumo eléctrico más abultado de lo debido.
Aparte de esto, también hay que cuidar de los elementos que componen el sistema de aire acondicionado. En muchas ocasiones se tiende a dejar de lado, por ejemplo, el mando a distancia, cuando es básico para que funcione bien. Así, al terminar la temporada es aconsejable, en caso de que funcione con pilas, retirárselas hasta la siguiente temporada. Las pilas, en función del tipo que utilice el mando, pueden deteriorarse y llegar a producir averías en el mando, así que lo mejor es retirarlas si no se va a utilizar en una temporada.
Limpia las rejillas de salida del aire
Las rejillas por las que sale el aire fresco en este tipo de sistemas tienden a ser las grandes olvidadas en las tareas de mantenimiento. Pero sí hay que ocuparse de ellas periódicamente, y limpiarlas. En la medida de lo posible, hay que extraerlas de la unidad para hacerlo, porque hacerlo en el propio aparato es bastante más incómodo, y además no suelen quedar perfectamente limpias.
En cambio, si se extraen se pueden limpiar a fondo. Al igual que sucede con los filtros, basta con agua y jabón para retirar los residuos que puedan tener. Eso sí, antes es recomendable quitarles el polvo con la ayuda de un trapo.
Mantenimiento del suelo radiante refrigerante
Cada vez es más frecuente viviendas con suelo radiante refrescante. En el caso de que el sistema que se emplee para enfriar las estancias de una vivienda u oficina sea de suelo radiante, que además de para emitir calor también sirve para refrigerar el ambiente, tendremos que realizar diversas tareas de mantenimiento para evitar sustos y averías. En estos casos, es importante regular los circuitos por los que circula el agua, de forma que las tuberías estén controladas y reguladas de manera independiente.
Esto se puede llevar a cabo con un caudalímetro, con el que se puede repartir el caudal de agua en la zona a refrigerar de forma uniforme. Así, la temperatura del suelo será uniforme, y se acabará con las pequeñas obstrucciones que pueda haber en el circuito y que dificultan el reparto del agua. Estos caudalímetros también deben revisarse cada cierto tiempo, para asegurar su correcto funcionamiento, y que distribuyen bien el agua.
También hay que comprobar el estado de la instalación periódicamente, para evitar roturas de las tuberías, así como la formación de lodo en su interior. Eso sí, esto no lo puede llevar a cabo alguien sin experiencia ni el equipo adecuado para ello, por lo que es recomendable contratar un servicio de mantenimiento para que compruebe el estado del circuito periódicamente. Estos especialistas también pueden ocuparse de regular el circuito, y de limpiarlo a fondo. Para ello hay que vaciar todo el circuito y dejarlo sin agua, para después limpiar el interior de las tuberías con agua a presión.
Como puedes ver, unas operaciones de mantenimiento periódicas del sistema de aire acondicionado no solo evitan averías. También hace posible que el aire que emiten los sistemas de aire acondicionado sea de la mejor calidad posible, además de fresco. Y en el caso del sistema de refrigeración por suelo radiante, no solo contribuye a que la sensación de frescor del suelo sea evidente. También a que el reparto del agua fría que lo hace posible sea uniforme.
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