Las construcciones sostenibles se han convertido en clave por exigencias legales, pero, también, por ahorro de costes a largo plazo. Y, para 2024, hay una serie de tendencias clave que se deben conocer.
4 tendencias clave en construcciones sostenibles
En las construcciones sostenibles, debemos tener en cuenta elementos como la estructura, los ornamentos y los materiales.
Cuando se inicia una construcción, en el proyecto previo se debe evaluar el posible impacto ambiental. Y, también, cuál va a ser el gasto energético previsto. Es cierto que, después, se pueden incorporar nuevos materiales, pero hay que empezar desde esa base.
Dicho esto, hay varias maneras de trabajar por una arquitectura sostenible sin grandes costes y con proyección a largo plazo. Vamos a ver algunas:
1. Iluminación natural
El manejo correcto de la iluminación es clave para que ahorres energía, tanto calefacción como aire acondicionado. Y esto se consigue facilitando la iluminación natural en la medida de lo posible para que el edificio sea eficiente energéticamente.
Evidentemente, cuando se construye una vivienda o edificio, se debe tener en cuenta cuál va a ser la orientación. Y, asimismo, la pintura y revestimiento exterior también influirá a la hora de retener o no la energía del sol. Estas dos circunstancias son a largo plazo, así que por eso hay que pensarlo antes de empezar.
Pero, también, hay otros elementos no tan estructurales como las ventanas, pero que también influyen. Por ejemplo, las de doble o triple cristal pueden recoger mejor la luz que venga del exterior, lo que te hará depender menos de otros factores. Igualmente, las persianas, cortinas o estores también ayudan en este sentido.
Al fin y al cabo, todo lo que podamos conseguir de forma directa, generará un ahorro energético y económico. Por lo tanto, no está de más considerar esta posibilidad y hacer cambios.
2. Jardines verticales
Los jardines verticales, aunque hace décadas que se instalan en grandes ciudades, ahora se están generalizando. ¿Y por qué? Además del efecto estético, los jardines verticales proporcionan otras ventajas de sostenibilidad:
Por ejemplo, limpias el aire y no necesitarás purificadores; esto es sencillo porque, si se eligen las plantas adecuadas, estas absorben dióxido de carbono. Pero es que, además, sirve para aislar la entrada de calor o frío excesivos, tendiendo a equilibrar la temperatura de los interiores. Asimismo, esta es una buena manera de que reduzcas la humedad del interior.
Un jardín vertical también contribuye a rebajar la huella de carbono. Todo lo que hemos indicado permite generar una mayor eficiencia energética.
3. Inclusión de elementos naturales
La inclusión de elementos naturales es otra de las tendencias en construcciones sostenibles. Eso sí, tendremos que diferenciar en función de si hablamos de edificios o pisos. Hay dos elementos que pueden ayudar: la luz solar y el viento.
En el caso de la luz solar, se trata de aprovechar la mayor parte posible para no tener que gastar electricidad de otras fuentes. Según los materiales de construcción y la orientación, podemos aprovechar más tiempo las ventajas de la luz solar. Y, por supuesto, no podemos obviar la posibilidad de instalar paneles fotovoltaicos en las azoteas o tejados, cuando sea posible.
El viento puede, también, ser un elemento positivo para una construcción eficiente energéticamente. Por un lado, porque puede ser un elemento de regulación térmica natural. Y esto, evidentemente, repercute en la factura eléctrica, pero, también, en lo que se contamine. Por eso, el diseño de edificios y casas debe hacerse considerando ese punto.
La idea es reducir la huella de carbono, sí, pero utilizando lo que siempre hemos tenido a mano y consiguiendo el mismo resultado que con materiales menos sostenibles.
4. Uso de materiales innovadores y eficientes energéticamente
La apuesta por materiales innovadores y eficientes energéticamente es otra de las tendencias en boga. Aquí no hablamos, necesariamente, de elementos naturales, pero sí que ayuden a no gastar más recursos de los que se debe. Nunca hay que desdeñar las innovaciones.
Un ejemplo lo tenemos, sin ir más lejos, en las válvulas mezcladoras termostáticas para el agua. Tienen capacidad de regular la temperatura del agua automáticamente, y, con ello, de ahorrar energía; además, es más segura porque corta automáticamente el agua fría si no la hay caliente. Son ideales para la caldera, que va a distribuir el agua caliente. Y poco costosas, si comparamos la inversión inicial que hay que hacer. Finalmente, hemos de decir que cuentan con la certificación energética A.
En definitiva, todos los materiales que ayuden a no gastar agua, gas o electricidad de más, están en la agenda de estas construcciones. Al final, eso suma para lograr los objetivos de calificación energética y climática.
Por lo tanto…
Las construcciones sostenibles tienen en cuenta varios factores, pero que duda cabe que los materiales, en el interior y el exterior, son importantes. Si quieres mejorar la calificación energética de un edificio o vivienda, te recomendamos que utilices materiales específicos de un proveedor confiable.
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