En el sector de la construcción y el de la edificación cada vez hay más dificultades para incorporar profesionales y especialmente mujeres y gente joven. Ahora ya es una realidad, pero a medio-largo plazo será un problema, ya que será muy difícil cubrir determinadas posiciones.
La participación laboral de las personas jóvenes tiene consecuencias en sus condiciones de vida y en sus expectativas de desarrollo personal y familiar. Y también en la sociedad, puesto que son el principal activo para la necesaria renovación generacional de su capital humano y social.
En España, según los últimos datos, el paro entre los menores de 25 años está alrededor del 30%, el peor dato de los 30 países que conforman la Unión Europea. Distamos mucho de otros países, como Alemania, donde el desempleo entre los jóvenes es solo del 5,5%, o Francia donde es del 16,3%.
Según estimación de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), el sector de la construcción español necesitará unos 700.000 trabajadores adicionales para ejecutar los proyectos que se deriven de los fondos Next Generation en los próximos años. La crisis de mano de obra no es nueva en el sector, pero, por otra parte, representa un problema para el avance de la construcción industrializada. En cinco años se va a jubilar el 20% del sector, y no hay reemplazo, no estamos siendo capaces de atraer a las nuevas generaciones hacia el sector de la construcción.
Uno de los responsables de estas cifras, es la calidad y el grado de implantación de la formación profesional dual. A grandes rasgos, los problemas se podrían focalizar en:
- La existencia de brechas de formación en algunos colectivos de jóvenes. Este problema está relacionado a una oferta educativa «desvinculada» del mercado laboral. España batió el récord de ocupados con estudios superiores. Sin embargo, son muchos los sectores donde falta gente cualificada.
- No hay políticas activas de empleo. Es clave adquirir formación y/o práctica profesional y que se establezcan políticas activas que sigan el modelo europeo. Para recuperar la creación de empleo juvenil es fundamental conocer lo que necesita el mercado y orientar la cualificación de los estudiantes hacia esas ocupaciones de difícil cobertura.
- Los costes de los despidos son muy bajos para las empresas. Las crisis se abordan generalmente con la finalización de los contratos de aquellos colectivos donde el coste es menor, jóvenes en su mayoría, que por su escasa antigüedad en el puesto y/o por sus bajos salarios, son más vulnerables a las extinciones de los contratos.
El precario modelo de ocupación actual impide alcanzar cierta estabilidad al personal juvenil e influye en sus competencias profesionales. En 2019, la remuneración media de las personas jóvenes de entre 25 y 29 años rondaba los 7.788 euros anuales si eran hombres (con un 77,6% de contratos temporales, de los cuales un 84% eran a tiempo parcial) y un 8% menos, si eran mujeres (79% de contratos temporales, donde un 77% eran a tiempo parcial).
En España existe la necesidad de profesionales con formación (el 41,3% de las ofertas de empleo requiere un título de FP, por encima de los títulos universitarios, según Adecco), pero de momento no existe un esfuerzo empresarial ni de la administración. En Catalunya, este curso un total de 1.323 alumnos se quedaron sin plaza de FP, aunque en primera instancia casi 12.600 personas estuvieron a punto de no poder cursar estudios de este tipo, por falta de previsión gubernamental.
En el modelo centro europeo, el sector privado es el que tira del carro. Como muestra, en España un alumno debe hacer una prueba con el centro educativo para empezar a cursar un grado de FP y luego ya busca en qué empresa hará las prácticas. En Alemania, por ejemplo, va al revés. Allí los alumnos van al SEPE alemán, buscan ofertas en distintas empresas y se presentan a la que más les interesa. Entonces pasan el proceso de selección que la empresa decida y una vez lo superan, firman un contrato a tres años y luego buscan el centro de formación público donde cursar su educación más teórica.
España quiere ponerse las pilas con la FP y por ello el Gobierno ha anunciado una inversión récord de 1.200 millones de euros para mejorar la calidad y cantidad de los grados.
En España hasta ahora los grados medios y superiores de FP eran vistos como una educación ‘de segunda’ por muchos, en comparación con la universidad. Otro problema es que sigue habiendo una gran segregación por géneros. Por ejemplo, en los ciclos del automóvil casi todos los estudiantes son hombres, mientras que en hostelería o en peluquería casi todas las aprendices son mujeres. Un sesgo que en los últimos años apenas se ha reducido.
Los puestos con mayor representación femenina son los de Recursos Humanos, Publicidad, Calidad y Marketing. Por el contrario, la dirección general, la dirección técnica y la producción son los cargos en los que se encuentran menos mujeres.
Según la OCDE, las mujeres jóvenes tienen más probabilidades de convertirse en ninis (ni trabajan ni estudian) que los varones. De media, en los países que integran la organización la proporción de ninis mujeres es del 16,5% frente al 14% de los hombres.
Sin embargo, las razones de ser nini no son las mismas en las mujeres que en los hombres. En casi todos los países de la OCDE, la mayoría de las ninis mujeres están inactivas, el 70%, mientras que la mayor parte de hombres que son ninis, el 50%, es porque no encuentran un empleo.
La pandemia de covid-19 ha agravado aún más si cabe la situación laboral de las personas jóvenes menores de 30 años. Especialmente de aquellas que partían de una posición más débil. Han perdido las pocas oportunidades existentes y han aparecido nuevos obstáculos para su incorporación al mercado laboral.
Se necesita un sistema educativo que de respuestas a las necesidades cambiantes del tejido económico y productivo. Y una necesaria modernización de los servicios de empleo públicos, dotándolos de más recursos, para poder llevar a cabo una atención individualizada y de apoyo a las personas jóvenes.
Al mismo tiempo, las políticas de juventud deberían situarse en el centro de las políticas públicas para generar las sinergias necesarias que favorezcan un contexto adecuado al desarrollo de las personas jóvenes y su proyecto de vida.
¿Aún no conoces nuestra oferta formativa? En Standard Hidráulica estamos muy comprometidos con la formación y ponemos a disposición de los profesionales del sector todo nuestro conocimiento técnico sobre la edificación. Realizamos talleres o jornadas de formación orientados a los jóvenes, que tienen muy buena acogida. Adicionalmente, con nuestras plataformas StHuniversity y StHexpert organizamos jornadas de formación, post de contenido técnico, vídeos ilustrativos, etc., todo enfocado con una perspectiva formativa
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