A la hora de pensar en el aislamiento del hogar, lo asociamos al invierno. Pero también tiene un gran uso el aislamiento térmico para el verano, ya que conseguiremos confort en la vivienda y reducir, al mismo tiempo, el consumo energético. Aislar la vivienda nos ayuda a crear una barrera para evitar que el calor exterior entre en el interior del hogar, lo que reduce el uso del aire acondicionado y mejora la eficiencia energética.
Importancia del aislamiento térmico para el verano
El aislamiento térmico nos ayuda a mantener una temperatura y un ambiente estable en el interior de la vivienda. Ya sea invierno, para evitar que el frío exterior acceda; o en verano, cuando el calor puede colarse por cualquier resquicio.
Para conseguir aislar el hogar, es necesario utilizar técnicas y materiales que reducen la transferencia de calor del interior al exterior de una construcción. La finalidad es crear una barrera para minimizar la pérdida de calor en invierno y que el calor entre en verano y regular la temperatura interior. Por último, mejora el confort al proporcionar un ambiente agradable durante todo el año.
¿Qué materiales se utilizan para conseguir el aislamiento térmico?
El aislamiento térmico es algo fundamental para conseguir confort en nuestra vivienda y reducir, de paso, el consumo energético. Podemos encontrar en el mercado distintos tipos de materiales aislantes, cada uno con sus propias características, aplicaciones y ventajas.
- Espuma rígida. Son el poliestireno expandido (EPS) o el poliuretano (PUR) y que son ideales para áreas con un espacio limitado como cubiertas o paredes exteriores.
- Celulosa. Este aislante está compuesto de papel reciclado, lo que lo convierte en un material ecológico y eficaz para evitar la transferencia de calor y el ruido.
- Fibra de vidrio. Es un material muy común y económico. Se emplea en techos, paredes y suelos, ya que tiene una buena resistencia al calor.
- Lana de roca. Procedente del fundido de rocas, este material es muy resistente al agua y al fuego, lo que es ideal para utilizarlo en zonas húmedas o muy expuestas al calor.
Beneficios del aislamiento térmico para el verano
Invertir en el aislamiento térmico en el hogar tiene enormes beneficios, ya que es duradero y permite un gran ahorro económico. Algunos de estos beneficios son:
- Más confort en el hogar. Proporciona una temperatura adecuada y agradable en el interior del hogar. Conseguir una casa cálida en invierno y fresca en verano asegura calidad de vida.
- Ahorro energético y económico. Mejorar el aislamiento permite un ahorro de energía que, de otro modo, tendría que utilizarse para contrarrestar el frío o el calor. Esto, a su vez, permite una reducción del gasto a largo plazo.
- Sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Puesto que necesita un menor consumo de energía y reduce la emisión de CO₂ a la atmósfera.
- Aislamiento acústico. Otro beneficio es la reducción de ruido procedente del exterior de la vivienda. El aislante (lana de roca, fibra de vidrio o PUR) no solo evita que penetre el calor o el frío, sino también las ondas sonoras.
- Antihumedad. El aislamiento térmico de una casa reduce la condensación y la humedad. Esto conlleva que se minimice también la aparición de moho y enfermedades respiratorias.
Mejoras económicas. Aparte del ahorro económico, también es posible acogerse a subvenciones y deducciones en IRPF por tener una casa bien aislada. Incluso en un futuro podrá traducirse en menos impuestos al ser viviendas más sostenibles.
Cómo mejorar el aislamiento térmico para el verano
Para poder mejorar el aislamiento térmico para el verano, es necesario detectar aquellas zonas donde se produce la filtración de calor. Solo así podrás actuar para ahorrar en la factura energética y consumir energía de forma responsable.
Aislamiento térmico de techos
Al incidir persistente el calor en verano sobre el tejado del hogar, es necesario contar con un aislante térmico que evite la transferencia de calor al interior. Podemos utilizar materiales como poliuretano, lana de roca o fibra de vidrio para evitar la filtración de calor.
Aislar los suelos
Aunque no lo creas, los suelos pueden provocar que aumente o se reduzca el calor. Sobre todo, en zonas elevadas del hogar o donde haya bastante incidencia del sol. Aislar el suelo puede suponer hasta un 20% de ahorro.
Aislamiento de paredes
Si las paredes exteriores no están aisladas, la climatización trabajará más para conseguir una temperatura agradable. Para conseguir aislar las paredes, puedes utilizar lana mineral o fibra de vidrio. Ambos elementos no solo permiten un aislamiento térmico, sino también acústico, resistencia a la humedad y al fuego.
Aislamiento de ventanas y puertas
El frío o el calor pueden acceder fácilmente por las juntas de ventanas y provocar condensación, humedades, filtraciones de aire o del calor.
La opción más recomendable es tener ventanas con doble acristalamiento con cámara de aire, montadas de forma compacta y con aluminio con rotura de puente térmico. En las puertas, sucede lo mismo, incluso puedes añadir un burlete en la base de la puerta.
En StH te damos los mejores consejos para conseguir el mejor aislamiento térmico para el verano. Si tienes en cuenta todo lo que te hemos indicado en este artículo, podrás tener un ambiente agradable en el interior de tu hogar sin gastar apenas energía.
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