El RITE constituye el marco normativo básico en el que se regulan las exigencias de eficiencia energética y de seguridad que deben cumplir las instalaciones térmicas en los edificios, para atender la demanda de bienestar e higiene de las personas.
En la última revisión del reglamento se introducen varios requisitos para las instalaciones térmicas con el fin de contribuir a las medidas de eficiencia energética incluidas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, para contribuir al cumplimiento del objetivo de ahorro de energía.
La reducción prevista del consumo de energía primaria es del 39,5 % en 2030, objetivo que se alcanzará mediante medidas propuestas en el plan, como la renovación del equipamiento residencial, el fomento de la eficiencia energética en la edificación del sector terciario, y en equipos generadores de frío y climatización, siendo el RITE fundamental en la consecución de estas.
A efectos de la aplicación del RITE se considerarán como instalaciones térmicas las instalaciones fijas de climatización (calefacción, refrigeración y ventilación) destinadas a atender la demanda de bienestar térmico e higiene de las personas, o las instalaciones destinadas a la producción de agua caliente sanitaria (ACS), incluidas las interconexiones a redes urbanas de calefacción o refrigeración y los sistemas de automatización y control.
Las instalaciones térmicas deben diseñarse y calcularse, ejecutarse, mantenerse y utilizarse de tal forma que globalmente se mejore la eficiencia energética y, como consecuencia, se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, mediante la utilización de sistemas eficientes energéticamente, de sistemas que permitan la recuperación de energía y la utilización de las energías renovables y de las energías residuales.
En diversos IT, el RITE indica que tanto el equilibrado, la medición y el control del caudal son los medios para conseguir instalaciones eficientes. Todas las unidades terminales por agua tendrán válvulas de cierre en la entrada y en la salida del fluido portador, así como un dispositivo manual o automático, para poder modificar las aportaciones térmicas, una de las válvulas será específicamente destinada para el equilibrado del sistema.
Una solución es la válvula de equilibrado dinámico (PICV) para conseguir un sistema de climatización fiable y de bajo consumo. Dos funciones en una sola válvula de diseño compacto; válvula de zona y limitador de caudal. Con este tipo de válvula ayudamos a reducir costes de climatización, mejorar el confort interno y eliminar ruidos, consiguiendo una adecuada distribución del caudal, incluso con cargas parciales.
La función de controlador de zona se consigue gracias al actuador que montamos en la válvula. Este, en combinación con el termostato de ambiente o un sistema BMS, regulamos la temperatura interior de confort y mejoramos el ahorro energético.
Para realizar un pre-ajuste de la válvula, se puede utilizar una tabla de selección o la App de dimensionado de StH, no es necesario realizar cálculos complejos. Simplemente es necesario saber el caudal requerido y el tamaño de la tubería. Con estos valores, seleccionamos la válvula más adecuada y la posición de pre-ajuste que cumple con estos requisitos.
Con este tipo de válvulas se reduce significativamente el tiempo de instalación y regulación, por lo tanto, el coste de mano de obra. También se necesitará menos accesorios, evitando puntos de posibles fugas. La experiencia demuestra que utilizando una válvula de equilibrado independiente a la presión StH se recupera la inversión en menos de 3 años.
Si en un futuro la instalación sufre una modificación o ampliación, no es necesario una nueva puesta en marcha, las válvulas se autoajustan a las nuevas condiciones, para seguir dando el caudal requerido.
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